Por: Angélica Claudio Merced
La enfermedad de las arterias coronarias no solo es la manifestación más común entre las condiciones que afectan al corazón, sino que continúa siendo la primera causa de muerte a nivel mundial. El enfoque médico preventivo busca crear conciencia en la población para disminuir complicaciones como insuficiencias cardíacas, infartos al miocardio y la muerte en personas a riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Las arterias y los vasos sanguíneos del corazón son los encargados de proveer la sangre al músculo cardíaco. A veces estas arterias se estrechan o tapan causando que el músculo deje de recibir la sangre o el oxígeno que necesita. Es ahí cuando ocurre la enfermedad de las arterias coronarias o también llamada enfermedad coronaria.
“La enfermedad coronaria es el endurecimiento y estrechez de la arteria coronaria que es la que le suministra sangre y por consiguiente oxígeno al músculo cardíaco. La principal causa de esta enfermedad es la ateroesclerosis por la acumulación de una placa de colesterol u otras sustancias”, explicó el cardiólogo Edmundo Jordán.
Aunque los pacientes con esta condición podrían no presentar síntomas, la señal más común de la enfermedad de las arterias coronarias es el dolor o la angina de pecho.
“La manifestación más común es el desarrollo de angina de pecho, que se le conoce como un dolor que usualmente está localizado en el área retroesternal (mayormente irradiado al cuello y al brazo izquierdo) y la misma puede ocasionar a largo plazo insuficiencia cardíaca o un infarto cardíaco agudo. La angina se debe clasificar entre estable e inestable. La angina estable es en la que ya conocemos sus características: el paciente dice que le da angina cuando va a bailar o cuando está caminando y a los 20 minutos le empieza una molestia en el pecho. Usualmente el paciente tiene las características del dolor más allá de 30 días. Y la angina inestable es la que está cambiando el patrón de su frecuencia y de su severidad. Aparece a menos esfuerzo y es la que usualmente te va a llevar al infarto agudo del miocardio”, precisó el médico con 14 años de experiencia en cardiología.
El primer paso una vez el paciente tiene dolor de pecho es acudir a un médico especialista o un cardiólogo para que lo evalué, establezca su diagnóstico o si hay riesgo de una complicación mayor.
“El cardiólogo va a determinar qué tipos de pruebas va a necesitar el paciente para clasificar el riesgo a un evento cardíaco. Además del historial médico se le hace un buen examen físico que incluye evaluación de presión arterial y auscultación cardiaca. El diagnóstico estándar para evaluación de arterias coronarias es el cateterismo cardiaco. También se le hace una placa de pecho simple para ver el tamaño del corazón y se puede ver el diagnóstico temprano de ateroesclerosis”, indicó Jordán con oficina médica en Santurce.
Según el doctor entrevistado otras pruebas que también se les pueden realizar a los pacientes con probabilidad de enfermedad coronaria son:
Los factores de riegos para padecer de enfermedad de las arterias coronarias se dividen en modificables y no modificables. Los primeros son aquellos en los que el paciente puede cambiar sus hábitos y estilos de vida y generalmente son los más comunes asociados al desarrollo de la enfermedad coronaria. Entre estos están: la alta presión, el colesterol alto, la diabetes, el fumar, la obesidad y el sedentarismo. Y los no modificables son la edad, el sexo y la herencia.
“Mientras una persona va aumentando en edad mayor es el riesgo de desarrollar la enfermedad coronariana. También se dice que los varones tienen más riesgo que las mujeres. Y si tú tienes manifestación de eventos cardiovasculares en tu familia en edad temprana ya eso es un factor de riesgo”, indicó el también presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología.
Atacar los factores de riesgo principales como la diabetes, la alta presión, el sedentarismo, entre otros es parte esencial del tratamiento para la enfermedad coronaria. “Tenemos que ir a modificar los factores de riesgo. Si el paciente tiene diabetes (debe tener) un buen control de la glucosa en la sangre.
Lo otro es bajar la presión arterial a menos de 130/80 (como dicen las nuevas guías de la Asociación Americana del Corazón). Hacer ejercicio. No fumar. Y bajar el colesterol, principalmente con medicamentos como las estatinas”, dijo el cardiólogo. Además, el uso de medicamentos antiplaquetarios como aspirina, Plavix y ticagrelor se utilizan de manera preventiva si surge un evento agudo cardiaco o después de este.
Algunos pacientes son sometidos a una angioplastia, cirugía que consiste en poner unas mallitas o stents en la arteria del corazón y que sirve para “para liberar la obstrucción y así producir menos impacto y preservar la vida”. Mientras que otros son referidos para una cirugía de revascularización o Bypass para superar las obstrucciones.
“El objetivo fundamental es sobrepasar las obstrucciones para que el paciente pueda adquirir mayor flujo sanguíneo. Usualmente el paciente que requiere Bypass tiene varias arterias coronarias obstruidas o lo que se llaman enfermedad de tres vasos sanguíneos”, agregó el especialista en cardiología sobre esta intervención quirúrgica que es recomendada para pacientes diabéticos con grandes beneficios de sobrevida y alivio de síntomas, principalmente la angina de pecho.
Para el doctor Jordán no hay mejor forma de evitar una enfermedad del corazón que con la educación preventiva empezando con la educación en los niños.
“Se habla en muchos estudios que educar a los niños desde edad temprana en la manera en que deben vivir, que deben comer o el no fumar tiene un impacto generacional extraordinario. Sin educación no vas a poder obtener prevención. Después una actividad médica preventiva al desarrollo de la enfermedad coronariana. ¿Cómo lo vamos a hacer? Fomentando una buena alimentación. Con cualquier tipo de ejercicio más de 30 minutos diarios por cinco días a la semana. Con una dieta baja en carbohidratos, el buen manejo de la presión arterial. El manejo de las grasas en la alimentación y el colesterol. El manejo del estrés y la ansiedad. Es ir sobre los factores de riesgo modificables”, finalizó.
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