Por: Eduardo Najar
Gracias a los avances médicos aquellos pacientes que padecen de una afección cardiovascular pueden tener un seguimiento a distancia, lo que es muy benéfico sobre todo en tiempos de pandemia, ya que se reducen índices de transmisión y a la vez existe un control salubrista. En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor Helder Hernández, médico electrofisiólogo cardíaco, explica cómo se está usando el seguimiento de los monitoreos de dispositivos cardiacos durante la pandemia, cómo se llevan a cabo, sus beneficios y el uso de estas herramientas en la población boricua.
Gracias a las herramientas tecnológicas existen dispositivos que ayudan al paciente a prevenir una recaída por afecciones cardiacas
“Estamos viviendo tiempos difíciles con el COVID-19, lo que nos ha obligado a todos los profesionales de la salud a hacer varios ajustes en nuestra práctica y en la vida, y uno de los retos de los electrofisiólogos ha sido el seguimiento a estos pacientes con dispositivos cardíacos electrónicos que son comúnmente los marcapasos, los desfibriladores y los monitores implantables. Técnicamente a estos pacientes se les lleva un control de la mano con las compañías que realizan estas herramientas (de monitoreo). Sin embargo, cuando inició la pandemia hubo varias complicaciones para citar y tener contacto con los pacientes”, explicó el doctor.
Es necesario que el paciente que padece de alguna anomalía cardíaca y es seguido por medio de un dispositivo electrónico, tenga registros regulares del funcionamiento de esta herramienta, así como el control del corazón, con el propósito de prevenir al máximo alguna recaída o el desarrollo de una condición inesperada.
“Básicamente cuando se implanta un dispositivo en un paciente, tenemos que verlo en un periodo de dos semanas a un mes aproximadamente, con el fin de darle seguimiento a la herida y verificar el estado del implante. Asimismo hacer los ajustes que se requieran del dispositivo, luego de la primera visita existen algunas visitas rutinarias cada 3 a 6 meses dependiendo de la herramienta que use el paciente y la condición del mismo”, añadió el especialista.
Gracias al control a distancia muchos pacientes evitan que haya un desplazamiento hacia las entidades de salud, lo que les proporciona una ventaja para prevenir el contagio por el nuevo coronavirus y estar aislados de aquellos focos de propagación. Además, recibir instrucciones desde el hogar les permite llevar un control de su condición más ameno.
“Desde el inicio de los 70’s a los pacientes con marcapasos se les daba un dispositivo y mediante el apoyo telefónico se hacía un registro de información del marcapaso, donde incluye la batería y la función del mismo, pero este método genera muchas dificultades. A medida que pasaban los años surgieron nuevos dispositivos que permitían una evaluación más sencilla. Hoy en día funcionan a través de conexión a internet, gracias a esto existen algunos beneficios como la reducción de visitas físicas, detección de eventos clínicos y una detección precoz”, argumentó el electrofisiólogo.
Existen algunas patologías que pueden afectar el funcionamiento regular del corazón. Es por eso que la población boricua en su mayoría presentan estas herramientas para mejorar su calidad de vida ante la considerable incidencia en afecciones como la diabetes, hipertensión y obesidad.
“Son muchos los pacientes puertorriqueños con dispositivos, alrededor de 30.000 o más tienen estas herramientas, y las cifras siguen aumentando la causa de muertes en la isla. En su mayoría se deben a comorbilidades asociadas al corazón, por pacientes diabéticos, hipertensos y fumadores, esto se traduce a que más implantes y muchas de estas personas también son beneficiados por esta tecnología.
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