En cuanto a los productos de tabaco son intrínsecamente nocivos incluidos los que no producen humo y contienen más de 2000 sustancias químicas entre ellas la nicotina. También tienen metales pesados como el cadmio y adictivos como el regaliz o las cenizas de la quema del hongo Phellinus igniarius que son dañinos para el sistema cardiovascular.
El humo de tabaco contiene más de 7000 sustancias químicas y esta formado por dos fases: Una de partículas y otra gaseosa.
La primer fase contiene nicotina que es una sustancia muy adictiva que aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la contractibilidad del miocardio. Además el alquitrán del tabaco que combinados contribuyen a las cardiopatías por medio de inflamación, alteración del endotelio capilar, aumento de la coagulabilidad y reducción del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad.
En cuanto a la fase gaseosa contiene monóxido de carbono que es un gas venenoso que sustituye al oxígeno en la sangre reduciendo el oxígeno disponible para el músculo cardíaco y otros tejidos del organismo.
Los productos de tabaco sin humo también pueden causar cardiopatías porque elevan de forma aguda la tensión arterial y producen hipertensión crónica, resalta la OMS.
Aproximadamente más de 7 millones de personas mueren cada año a causa del tabaco, 19.000 personas fallecen como consecuencia del consumo de tabaco o la exposición al humo ajeno, según cifras de la OMS. La organización resalta que el tabaco puede ser mortal para los no fumadores, ya que el humo produce cardiopatías, cáncer y otras enfermedades, aproximadamente 890.000 personas mueren cada año como consecuencia de esta exposición.
Una de cada tres defunciones es consecuencia de enfermedades cardiovasculares y estos padecimientos son la causa principal de muerte a nivel mundial y cobran la vida de cerca de 18 millones de personas cada año, el 80% en países de ingresos bajos y medianos, indica la OMS.
Tomado de la OMS
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