La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardíaca más frecuente. Afecta a 2.3 millones de personas en Estados Unidos y su incidencia aumenta con la edad.
Los síntomas mayormente se relacionan a la rapidez e irregularidad cardíaca. Por tanto, la mayoría de los pacientes sienten el pulso acelerado, dolor de pecho, cansancio, mareos y hasta desmayos. El manejo inicial tiene como propósito controlar la arritmia con medicamentos y de esta manera mejorar los síntomas. Sin embargo, el problema más grande es uno que no se siente.
La pérdida de contracción cardíaca causa que la sangre se coagule en el corazón y esto a su vez aumenta el riesgo de eventos cerebrovasculares (derrames) de 5 a 7 veces. Para disminuir este riesgo, tu médico puede ordenar anticoagulación basado en ciertos factores de riesgos entre los que se incluyen diabetes, hipertensión, enfermedad del corazón y derrames previos.
La anticoagulación se refiere a diluir la sangre con medicamentos para prevenir la formación de coágulos. Por muchos años, se utilizó la warfarina como el único anticoagulante aprobado por la FDA. Recientemente, con la aprobación de cuatro nuevos agentes anticoagulantes, se ha transformando el manejo del riesgo de derrames en la fibrilación auricular.
Inicialmente aprobada en 1952 como veneno de ratones, la warfarina encontró un lugar como anticoagulante para humanos en 1954. Desde entonces, y por más de 50 años, fue el único medicamento aprobado para disminuir el riesgo de derrames en fibrilación auricular. Desgraciadamente, existe una gran variabilidad de la respuesta anticoagulante y un estrecho margen terapéutico, lo que impide el empleo de dosis predeterminadas.
Esta variabilidad obliga al ajuste individual de la dosificación y a un control a través de pruebas de sangre frecuentes. Además, predispone a los pacientes a la sobredosis lo que conlleva a un riesgo elevado de sangrado. Sin embargo, es el cambio en la dieta lo que más incomoda a los pacientes. Mientras en warfarina, se debe evitar comidas con contenidos altos de vitamina K como espinaca y vegetales verdes.
En los últimos años, la aprobación de una nueva familia de medicamentos anticoagulantes sintéticos, han revolucionado el manejo de la fibrilación auricular. Estos presentan un efecto anticoagulante inmediato, prolongado y predecible a dosis fijas y predeterminadas.
Actualmente existen cuatro de estos fármacos, dabigatran (Pradaxa), rivaroxaban (Xarelto), apixaban (Eliquis) y edoxaban (Savaysa). La dosificación es diaria o dos veces al día y en dosis basadas en la función de los riñones. En resumen, esta nueva clase de fármacos han sido aprobados para la prevención de derrames en pacientes con FA no relacionados a problemas valvulares y dada la comodidad de su empleo se han convertido en una alternativa preferible a los anticoagulantes clásicos, en específico la warfarina.