El umbral definido para la hipertensión oscila alrededor de 140/90 mmHg (milímetros de mercurio). Teniendo en cuenta lo anterior, un estudio realizado por investigadores de Reino Unido, sugiere que controlar la presión arterial, incluso a niveles por debajo de lo establecido, puede ser una forma de prevenir la presión arterial elevada.
Los pacientes que padecen de hipertensión, a largo plazo tienen más probabilidades de sufrir de enfermedad de la válvula aórtica. Según la investigación, esta se representa por medio de problemas con la válvula que controla cómo se bombea la sangre desde el ventrículo izquierdo del corazón hacia la arteria principal, la aorta.
El estudio fue realizado a 5,4 millones de adultos en Reino Unido durante nueve años. Las personas analizadas tenían entre 30 y 90 años y ninguno padecía enfermedades cardiovasculares al momento de la medición de la presión arterial.
Algunos de los resultados fueron que:
“Por encima de una presión arterial sistólica de 115 mmHg, cada 20 mmHg adicionales se asoció con un 41% más de riesgo de estenosis aórtica (AS, por sus siglas en inglés) y un 38% más de riesgo de regurgitación aórtica (AR) más adelante en la vida.”
Kazem Rahimi, director del proyecto, afirma que “La presión arterial debe considerarse como un factor de riesgo importante para la enfermedad valvular aórtica, de la misma manera en que pensamos que la presión arterial elevada es un factor de riesgo para la enfermedad aterosclerótica. El estudio sugiere que las asociaciones son causales, pero esto requiere una confirmación adicional”.
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