La comunicación interventricular (CIV) es un defecto cardíaco, presente al momento del nacimiento y que genera un orificio en el corazón. Esta anomalía se presenta en la pared de las cavidades inferiores de los ventrículos del órgano cardíaco, lo que permite que la sangre pase de izquierda a derecha dentro del corazón. Dicho trastorno, podría presentarse solo o en algunos casos, aparecer con otras anomalías congénitas.
Debido a que la sangre rica en oxígeno se traslada nuevamente a los pulmones y no al cuerpo -como debería-, el corazón debe trabajar más intensamente.
La comunicación interventricular se caracteriza que mientras el feto se desarrolla en el vientre, la pared muscular (tabique) que separa el lado derecho del lado izquierdo del corazón, no se forma por completo entre los ventrículos del corazón.
Por lo general, el lado derecho del corazón bombea sangre a los pulmones para obtener oxígeno, y el lado izquierdo bombea sangre oxigenada al resto del cuerpo. La comunicación interventricular genera que la sangre oxigenada se mezcle con la sangre desoxigenada, lo que genera que el corazón deba esforzarse más para enviar suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo.
También existen casos en los que se puede presentar esta anomalía por factores como ataques cardíacos y complicaciones después de algunos procedimientos cardíacos.
En la mayoría de casos, los pacientes que padecen CIV pueden ser asintomáticos. Pero, cuando el orificio es grande, la persona podría tener síntomas relacionadas con insuficiencia cardíaca como:
Cuando el cardiólogo o personal médico realiza el proceso de auscultación con el estetoscopio, se evidencia la aparición de soplos cardíacos. Depende del volumen de sonido del soplo está relacionado con el tamaño del defecto y con la cantidad de sangre que pasa a través de este.
Otra de las alternativas para encontrar esta enfermedad es recurrir a pruebas diagnósticas como:
Si el defecto que el paciente presente, es pequeño puede que no necesite tratamiento, pero el personal médico deberá hacer un riguroso análisis y seguimiento al pequeño para cerciorarse de que el orificio cierre por completo y no se presenten síntomas de insuficiencia cardíaca.
Los pacientes que presentan orificios grandes y síntomas de insuficiencia cardíaca deberán ingerir ciertos medicamentos para controlar los síntomas y en ocasiones, cirugías para cerrar los agujeros. Si los síntomas continúan, incluso con los medicamentos, se requiere una cirugía para cerrar el defecto con un parche.
En ciertos casos se puede recurrir al tratamiento de cateterismo cardíaco, lo que evita la necesidad de una cirugía. Esto se denomina cierre transcatéter. Sin embargo, solo ciertos tipos de defectos se pueden tratar efectivamente de esta manera.
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