Una investigación realizada por investigadores del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, ha evidenciado que la debilidad muscular podría predecir el riesgo cardiovascular prematuro. El estudio, además, recomienda identificar tempranamente a los niños débiles, con el fin de promover en ellos niveles de fuerza sanos y así evitar la aparición de trastornos cardiovasculares en un futuro.
Para conocer dichos resultados, se recurrió al análisis de 500 niños y adolescentes durante dos años. En ese tiempo, se encontraron niveles mínimos de fuerza muscular que están asociados al riesgo cardiovascular en la infancia y adolescencia.
Oscar Veiga, coautor del artículo e investigador del departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana de la UAM en el estudio, publicado en Pediatric Exercise Science afirmó que:
“Dos test sencillos se utilizaron para valorar su fuerza muscular: el salto de longitud con dos piernas y la fuerza de la mano. Los datos revelaron una asociación entre la fuerza y el riesgo cardiovascular prematuro, mostrando que existen unos umbrales mínimos de fuerza a partir de los cuáles el riesgo cardiovascular se incrementa de forma ostensible”.
Uno de los resultados que suscitó esta investigación fue la dinapenia pediátrica, que es un fenómeno caracterizado por niveles bajos de fuerza y potencia en los niños. Este trastorno podría generar limitaciones funcionales, alteraciones neurológicas y enfermedades musculares.
Es importante mencionar que la relación entre la fuerza muscular y el riesgo cardiovascular es independiente a la incidencia de la condición física cardiovascular, que por lo general se asocia con una buena salud cardíaca.
Uno de los profesores y revisores de este estudio, resaltó la importancia de que los investigadores hayan encontrado los umbrales de la fuerza muscular para prevenir el riesgo cardiovascular.
“Los pediatras deberían utilizar los test de fuerza, que son fácilmente administrables, para el cribado de la debilidad infantil junto con otras valoraciones de salud en edad pediátrica. Asimismo, la debilidad muscular en niños debería ser considerado un biomarcador de salud y ser tratado de la misma manera que otros factores de riesgo clásicos, como la obesidad o la dislipidemia”, concluyó.
Comentarios de Facebook