Aun a punto de culminar un largo día de trabajo, pasadas las seis de la tarde, el doctor Jorge Martínez Trabal, un cirujano vascular con práctica en Ponce, Puerto Rico, mantiene la energía y ese entusiasmo que, según confiesa, lo caracteriza y es el candelero de su carrera profesional y de su vida.
Se refleja en la voz y en la manera en la que narra las vivencias que tiene fuera de su consultorio de este médico de 47 años, casado con una doctora especialista en condiciones vasculares, con quien tiene dos hijos que son estudiantes universitarios. Y quien además, labora en la Ponce Health Sciencies University, donde es profesor asociado, y en el Hospital Episcopal San Lucas, donde dirige la residencia de Cirugía General que estableció.
“Siempre visualizo las cosas. Hay una cosa que a mí, mi mamá me enseñó: es que nosotros nos debemos al prójimo y que nuestras acciones deben estar enfocadas a darnos a quien más nos necesita. Yo creo que esa fue una de las razones por las cuales yo escogí esta profesión. Me gustaba mucho el sentimiento altruista que esto inspiraba y mi mamá fue de esa forma, y siempre fue una persona muy inspiradora para mí”,
reveló el médico a MSP, quien estudió en la Universidad Autónoma de Guadalajara y es graduado del New York Medical College.
Martínez Trabal explicó que, como cirujano vascular, trata o interviene quirúrgicamente las mismas patologías que afectan al corazón, pero en las arterias que van al cerebro, a los brazos, a los riñones y a las extremidades inferiores, al igual que a los intestinos. “Donde no trabajo es en el corazón y dentro del cráneo”, apuntó el galeno.
De hecho, es uno de cinco cirujanos vasculares que laboran en Puerto Rico y este año se les une un sexto “que fue estudiante mío en la residencia de Cirugía y se fue a hacer (la especialidad en Cirugía) Vascular, y va a trabajar con nosotros”, destacó, alegre y orgulloso.
Tras graduarse, Martínez Trabal regresó a Puerto Rico a trabajar, donde lleva una década. Mencionó que los casos que ve con más frecuencia son isquemia o problemas circulatorios en las extremidades inferiores, y problemas de la arteria carótida. “El problema es la arteriosclerosis. Como la gente va envejeciendo, los vasos sanguíneos se van envejeciendo y tapando. Y si se tapan no llega sangre”, indicó el subespecialista.
“Mi trabajo es prevenir que sufran un ‘stroke’ o que vayan a perder la pierna”, dijo el médico, quien entrenó en el Ohio Vascular and Heart Center, de Ohio, y explicó que la mayor parte de la labor que realiza es de cuidado paleativo y de esta manera honra el amor al servicio al prójimo que le inculcó su madre.
Sin embargo, llegó el momento en que el ser tan dado le estaba afectando la calidad de vida, porque casi no paraba de trabajar. Fue cuando decidió retomar la actividad física a través del deporte que practicó en su juventud.
“Caí en la fatiga laboral y el ‘burn out’. Y fue algo doloroso porque se convierte en un ‘issue’ muy serio cuando tú no puedes… cuando nada te satisface. Ahí es cuando mi práctica ya estaba estable, había logrado que se abriera la residencia de Cirugía y la estábamos trabajando, y opté por hacer unos cambios en mi estilo de vida para estar más saludable y poder vivir más, porque si uno se muere, a quién cuida?”, manifestó.
Trajo a colación un evento que marcó su vida cuando era adolescente. “El papá de un gran amigo mío que era un tremendo médico y tenía una práctica gigantesca, tenía patentes, invenciones que favorecían a muchos pacientes, no solo a los de él sino dentro de la especialidad, en muchos lugares del mundo, y a los 50 años le dio un infarto en el corazón y murió”, relató.
Fue cuando, habiendo ganado peso, le daba taquicardia, no dormía bien y sentía deterioro físico, que decidió comenzar a entrenar como corredor y a hacer media maratones y maratones, lo que ha hecho una gran diferencia. Martínez Trabal dijo en tono de broma que “tengo 47 años, pero me siento como de 25”.
Volver a tener una buena condición física no fue difícil, ya que cuando era adolescente nadaba y jugaba polo acuático. También solía correr entre tres millas y seis millas, y lo tomaba como un tiempo para meditar.
La Media Maratón San Blas, eventos como el Iron Man, así como un ultra maratón de siete días en el desierto, son carreras que ha realizado cargando un pequeño rosario, lo cual, dijo, “me sirve de mantra”.
Un amigo lo convenció para correr en el desierto “y fue una experiencia tremenda, tremenda!”, expresó como quien acaba de cruzar la meta.
“Los primeros tres días se corre entre 18 y 24 millas. El cuarto día eran 60 millas. Tenía 36 horas para terminarlo, pero yo terminé en 23 horas. Ese día había un descanso y al otro día había un maratón que eran otras 26 millas. Al sexto día no te podías ir, ya que el séptimo hacías una distancia corta y había una confraternización. Después de que tú pasas eso, dices ‘muchacho puedo hacer lo que sea!’”, compartió el médico.
Era la primera vez que participaban puertorriqueños en el evento y los ocho lograron completarlo. Esa amistad ha subsistido más allá de ese evento. Los planes de varios de ellos son competir en el Full Iron Man en Barcelona en octubre próximo.
Desde joven fue apegado al ‘multitasking’, por lo que desarrolló su propio sistema para ser más eficiente. Incluso, cuando era estudiante de Medicina dormía a horas atípicas, para evitar distracciones y aprovechar más la tranquilidad de la medianoche y la madrugada, narró.
“Todo lo hacía basado en la toma de decisiones. Yo decía ‘¿Qué voy a hacer ahora? Pues se supone que estudie porque tengo que salir bien, porque eso me va a ayudar a aprobar la clase que es lo que necesito para entrar a la Escuela de Medicina porque yo quiero ser cirujano’. Entonces, cada acción estaba alineada al sistema de metas a corto, mediano y largo plazo que yo tengo desde pequeño”, relató el médico.
Y todas las acciones y metas están entrelazadas, dijo. “Cuando hay metas a largo plazo, las acciones y decisiones van llevando a la persona hacia eso que quiere lograr”, afirmó quien también realiza investigaciones y hace publicaciones, además de ofrecer conferencias.
Claro, su esposa, la doctora Waika Vélez, así como la administradora de su oficina, son fundamentales para lograr el manejo eficiente de su tiempo. Y su esposa se encarga de su nutrición y comparten los mismos hábitos alimentarios saludables, destacó Martínez Trabal.
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