El aleteo auricular es un tipo de arritmia muy común en personas mayores. Además, en ocasiones, suele confundirse con la fibrilación auricular. Una de las características de esta arritmia, es que la actividad eléctrica de las aurículas está coordinada, lo que genera que las aurículas se contraigan a gran velocidad, se estima que es de 250 a 350 veces por minuto.
La velocidad antes mencionada es tan rápida, que genera que los impulsos lleguen a los ventrículos a través del nódulo auriculoventricular. En la mayoría de los casos sin tratar, uno de cada dos impulsos auriculares llega a los ventrículos, lo que da lugar a una frecuencia ventricular de unos 150 latidos por minuto.
Una de las dudas que más embarga a los pacientes con esta condición, es saber los factores que aumentan su padecimiento y, por ende, la prevalencia. Algo que se debe tener en cuenta, es que el aleteo auricular podría generarse incluso cuando no existen otros síntomas de cardiopatía.
Sin embargo, este tipo de alteración del ritmo cardíaco podría ser generado en mayor medida por:
*Dato importante: cuando se presenta hipertensión y valvulopatías, se genera un agrandamiento de las aurículas, lo que desencadenaría aleteos o fibrilación auricular.
En ocasiones el aleteo auricular podría generar algunas complicaciones como coágulos de sangre en las aurículas y frecuencia cardíaca rápida, que genera una significativa disminución en el gasto cardíaco.
Cuando se presenta este trastorno, las aurículas no se vacían por completo en los ventrículos de cada latido. Con el paso del tiempo, la sangre que permanece dentro de las aurículas puede estancarse y formar coágulos sanguíneos.
En ciertos casos, si los fragmentos de un coágulo obstruyen una arteria del cerebro, se produce un accidente cerebrovascular. En escasas ocasiones, este accidente cerebrovascular constituye la primera manifestación de una fibrilación o de un aleteo auriculares.
Los síntomas del aleteo auricular están directamente relacionados a la velocidad con la que laten los ventrículos. Además, cuando la frecuencia ventricular es normal o aumenta gradualmente (menos de 120 latidos por minuto) no se presentan síntomas.
Sin embargo, cuando la frecuencia es más alta causa una desagradable sensación de “notar” los latidos (palpitaciones) o malestar torácico. Otro de los síntomas de este trastorno es la incapacidad de bombeo del corazón, lo que acarrea:
Cuando la frecuencia ventricular es muy rápida, algunas personas, especialmente las de edad avanzada y las que padecen cardiopatías, presentan insuficiencia cardíaca o dolor torácico. En contadas ocasiones, dichas personas pueden sufrir un choque (presión arterial muy baja).
El tratamiento de la fibrilación y del aleteo auriculares tiene por objeto controlar la velocidad de contracción de los ventrículos, con el fin de restablecer el ritmo normal del corazón y tratar el trastorno causante de la arritmia.
Para ello se puede recurrir a:
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