Nutrición

Alimentación para el paciente con enfermedad coronaria

Una de las principales dudas que embarga a los pacientes con enfermedad coronaria -condición que genera estrechamiento de las arterias- es lo que pueden y no consumir en su alimentación diaria. La anterior preocupación, se debe a que el tratamiento dietético de los pacientes con este trastorno, se relaciona directamente con el estadio y la gravedad de la enfermedad.

Es por eso que hoy te daremos algunas recomendaciones para evitar o tratar la enfermedad coronaria. Esta anomalía está relacionada con otras condiciones como infarto de miocardio y angina de pecho.

Recomendaciones

Según la Fundación Española del Corazón, puedes seguir estas recomendaciones:

Energía

Lo primero que debes tener en cuenta, es que todo lo que consumas te debe ayudar a controlar tu peso, debido a que la obesidad y el sobrepeso, aumentan significativamente el padecimiento de esta enfermedad. En ese sentido, intenta controlar:

  • Los niveles de colesterol malo
  • Disminuye los triglicéridos
  • Baja el índice de presión arterial
  • Intenta no sobrecargar el corazón con trabajo

Para ello, podrás implementar alimentos bajos en grasa, el permitirá “normalizar” el nivel de calorías que tu cuerpo puedo tener, esto ayudará a disminuir gradualmente un peso gradual y sostenible. El aporte nutricional para ti, que padeces enfermedad coronaria, debe ser lo más equilibrado posible, que sea rico en carbohidratos, suficiente en proteínas de alto valor biológico y baja en grasas saturadas.

Grasas

La principal recomendación para los alimentos que contienen grasas, es que, en el total de las calorías, no pueden superar el 30% total de calorías. Debes tener en cuenta que se deben distribuir de manera saludable entre los grasos saturados y los que tienen colesterol.

  • Ácidos grasos saturados: estos deben aportar entre un 8-10% total de las calorías. Estos los puedes encontrar en alimentos como lácteos enteros, carnes, quesos, algunas aves. En aceites como el de coco, palma y palmiste. Por ejemplo, reemplazar los lácteos enteros por semidesnatados o desnatados, retirar la grasa visible de las carnes y la piel de las aves, sustituir la mantequilla por aceite de oliva y utilizar métodos de cocción como el hervido, el vapor, el asado o la plancha.
  • Ácidos grasos polinsaturados: algunos expertos en salud, afirman que el aporte recomendado no debe sobrepasar el 10% de calorías diarias. En este grupo se incluyen los ácidos grasos omega 3, presentes en pescados azules como las sardinas, el salmón, el jurel y la caballa, y la omega 6 de las semillas y cereales. Es muy saludable consumir entre 3 y 5 raciones semanales de pescado, procurando que al menos una de ellas sea de pescado azul.
  • Ácidos grasos monoinsaturados: estos alimentos aportan hasta el 15% de las calorías totales. El aceite de oliva y los frutos secos son ricos en estos ácidos grasos. Resulta muy saludable incorporar este aceite en la alimentación habitual, principalmente en reemplazo de ácidos grasos saturados.
  • Carbohidratos: estos alimentos representan un 55% de las calorías totales. Para lograr esta medida debes aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales. Por lo menos 5 raciones diarias deben provenir del grupo de frutas y verduras.
  • Proteínas: aportarán alrededor del 15% de las calorías totales. Están presentes en carnes, pescados, huevos, aves, legumbres y lácteos.
  • Sodio: la primera recomendación es cocinar sin sal, reemplazándolas por condimentos como ajo, cebolla, tomillo, clavo de olor, pimienta, orégano, etc.

La ingesta de los anteriores alimentos, combinados con una disminución de malos hábitos como fumar y beber alcohol beneficiará significativamente tu condición.