Un aneurisma por definición es la dilatación o agrandamiento localizado en un vaso sanguíneo provocado por una debilidad de la pared del vaso. Son más comunes en la aorta y las arterias periféricas.
Cuando hablamos de la aorta nos referimos al vaso sanguíneo más grande que se origina en nuestro corazón, esta va desde el pecho y baja hasta el abdomen distribuyendo la sangre a todo el cuerpo a través de las arterias periféricas ya mencionadas anteriormente.
Dependiendo de la parte del cuerpo donde esté localizada la aorta, varía su nombre. Cuando la aorta pasa por el pecho se llama aorta torácica, cuando llega al abdomen se llama aorta abdominal siendo esta localización (abdominal) la más común donde podemos encontrar los aneurismas.
Para entender mejor este concepto hay que saber que el tamaño de la aorta debe ser, en promedio, de menos de 4 centímetros en la aorta torácica y de menos de 3 centímetros en la aorta abdominal y cualquier agrandamiento o dilatación por encima de estos números ya no es normal.
La causa más común de esta condición es la arterioesclerosis, la misma condición que provoca infartos del corazón y derrames cerebrales y cuyas causas todos conocemos. Estas son el fumar, la diabetes, la hipertensión, el colesterol aumentado, la inactividad física etc. Esto quiere decir que los mismos factores de riesgo que le pueden provocar un infarto son los que le pueden provocar un aneurisma.
Sin embargo, hay otras causas como traumas, sífilis, y por condiciones congénitas como el síndrome de Marfan, usualmente en pacientes de gran estatura, también se ha encontrado en jugadores de baloncesto y voleibol, los cuales si padecen de esta condición no pueden practicar deporte.
Los aneurismas pueden ser completamente asintomáticos, pero en ocasiones cuando se presentan en el pecho pueden aparecer síntomas como dolor que se irradia a la espalda, tos persistente, dificultad para tragar, y ronquera entre otros. Síntomas causados en su gran mayoría por compresión de estructuras en nuestro pecho según van creciendo en tamaño.
Los aneurismas abdominales se presentan principalmente como masas que pulsan en el abdomen (la barriga) y son más fáciles de encontrar al examinar a pacientes delgados.
La complicación de estos aneurismas es la disección, donde las capas que forman la pared del vaso se separan llenándose de sangre y lo que puede degenerar en la ruptura de la aorta siendo esto un caso catastrófico el cual, en la gran mayoría de los casos lleva a la muerte.
El diagnóstico se puede realizar por estudios como Ecocardiogramas, CT scans, arteriografías y estudios de resonancia magnética (MRI).
Dependiendo de la localización del aneurisma y su tamaño se decide si el paciente es candidato a cirugía para reparar el aneurisma, conociendo también que existen procedimientos conocidos como endovasculares, los cuales pueden reparar un aneurisma mediante un cateterismo sin la necesidad de una intervención quirúrgica, pero no es un procedimiento para todo paciente y la decisión depende de la recomendación médica.
De los aneurismas periféricos más temidos son aquellos que se encuentran en la circulación o arterias del cerebro, siendo algunos hereditarios y los cuales si se rompen son causantes de accidentes cerebrovasculares serios donde el sangrado dentro del cerebro se convierte en una verdadera emergencia médica.
Puedo concluir que a menos que la condición sea hereditaria, gran parte de los aneurismas son prevenibles evitando la arteriosclerosis y sus factores de riesgo, por esto es importante dejar de fumar, controlar el azúcar, presión arterial y colesterol, además de cambiar los hábitos alimenticios por unos más saludables y realizar algún tipo de actividad física.
En los casos donde ya se ha diagnosticado un aneurisma el seguimiento médico es de suma importancia, así se podrá determinar el momento idóneo para intervenir esta letal condición cardiovascular.
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