Por: Redacción Salud y Cardiología
En la anatomía normal del corazón hay dos grandes vasos sanguíneos que permiten el adecuado funcionamiento del sistema circulatorio. Cuando el paciente tiene una en lugar de dos grandes arterias para llevar la sangre a los pulmones y el resto del organismo, se denomina tronco arterial.
Esta condición es poco frecuente y es detectada normalmente en la infancia, por lo que es necesario realizar una intervención quirúrgica ya que podría ser mortal. Esta cirugía suele ser exitosa sobre todo si se realiza durante los primeros meses de vida. Sin embargo, es probable que se deba volver a intervenir el paciente para reemplazarla.
Aunque se desconoce la causa de esta anomalía en el desarrollo del corazón, existen algunos en los factores que aumentan las probabilidades de que el bebé nazca con esta dificultad cardíaca. Entre los factores relacionados, los especialistas mencionan los virus que se contraen durante la gestación, diabetes a lo largo de esta misma etapa, trastornos cromosómicos y el tabaquismo.
Los principales síntomas que se detectan en el paciente con tronco arterioso son cianosis (coloración azul de la piel), alteraciones en el ritmo cardíaco, falta de aire, respiración rápida y dificultades en el crecimiento.
A pesar de que este trastorno haya sido intervenido en la infancia, el paciente con esta condición deben continuar asistiendo al cardiólogo con regularidad y tomar medicamentos que ayuden en el adecuado funcionamiento del corazón. También se debe estar muy pendiente de otras complicaciones asociadas como la hipertensión pulmonar, ya que los pacientes con troco arterioso son más propensos a que la presión en los pulmones se vaya dañando progresivamente.
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