Una nueva generación de corazones artificiales llega para ampliar la esperanza y expectativa de vida de miles de personas en el mundo, que esperan la donación de un órgano sano que pueda ser reemplazado por aquel propio que ya no funciona.
Según la Health Resources and Services Administration (HRSA), centro de Información del Gobierno de EE. UU. sobre donación y trasplante de órganos, son más de 113.000 la cantidad de personas que figuran en lista de espera para un trasplante de órgano en EE.UU. desde enero de 2019, lo que básicamente se resume a la muerte de 20 personas diariamente por no conseguir un donante oportuno.
La insuficiencia cardíaca es actualmente una de las causas de muerte más frecuentes en el mundo y se ha convertido en uno de los mayores retos para salud pública. Es por ello que esta nueva generación de corazones artificiales es la esperanza latente de muchas personas que desean seguir viviendo.
El dispositivo fue diseñado originalmente por el doctor Richard Wampler, médico residente quirúrgico en Oregon Health & Science University (OHSU), bajo la dirección del doctor Albert Starr, quien implantó con éxito la primera válvula cardíaca artificial del mundo en 1960.
A partir de un diseño sencillo este corazón artificial tiene como objetivo suplantar los dos ventrículos del corazón humano, esto mediante un cilindro de titanio que alberga una varilla hueca recubierta del mismo elemento que se mueve como péndulo hacia delante y hacia atrás, este movimiento de ida y vuelta desplaza la sangre a los pulmones para que pueda tomar oxígeno y luego envía la sangre rica en oxígeno resultante al resto del cuerpo.
Este dispositivo promete reemplazar de forma permanente aquellos corazones humanos defectuosos en adultos y niños de 10 años de edad o más.
“Oregon Health & Science University fue la primera universidad en tener una válvula cardíaca artificial, y ahora nuestro objetivo es ser los primeros en tener un corazón artificial total, práctico y permanente”, señala el doctor Sanjiv Kaul, director del Instituto Cardiovascular Knight de este centro, y profesor de medicina cardiovascular, en la Escuela de Medicina de la OHSU.
Este corazón artificial también es capaz de crear un flujo sanguíneo que imita el pulso humano natural, reduciendo el daño sanguíneo, el riesgo de coagulación de la sangre y algunas de las complicaciones, como el sangrado gastrointestinal y el accidente cerebrovascular.
El dispositivo cuenta con un controlador y unas baterías recargables que los pacientes pueden llevar consigo e implantar bajo la piel cuando sea necesario, cabe resaltar que las baterías pueden recargarse exteriormente.
“Otros diseños de corazones artificiales tienen muchas partes complejas y móviles, y cuantas más piezas haya en una máquina, más elementos podrían romperse o funcionar mal”, señala Kaul.
Ahora los científicos planean implantar la versión más pequeña del corazón artificial total en ovejas, y si el resultado es positivo prevén solicitar permiso federal para realizar ensayos clínicos con personas.
“El diseño simple y eficiente de este corazón artificial duradero y robusto hace que su potencial de fallo sea muy bajo” explica el doctor Sanjiv Kaul, director del Instituto Cardiovascular Knight de este centro, y profesor de medicina cardiovascular, en la Escuela de Medicina de la OHSU.
Con este nuevo prototipo de corazón artificial se espera mejorar no solo la calidad de vida de personas con insuficiencia cardiaca, sino también poder salvar la mayor cantidad de seres humanos que dejan de vivir por falta de donantes de corazón.
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