Por: Diana Castañeda
De la nueva enfermedad que invade al mundo se conoce muy poca información, generando aumento en las especulaciones sobre las comorbilidades y sintomatologías que esta puede generar en los seres humanos.
A nivel neurológico se han identificado varias condiciones, entre ellas, la hiposmia o anosmia (pérdida del gusto y el olfato), incluso en pacientes asintomáticos, además se han presentado contagiados con el síndrome de Guillain Barré y casos de enfermedad cerebrovascular como infartos al cerebro, hemorragias intracerebrales, entre otras.
Un estudio publicado en medRxiv informó sobre manifestaciones neurológicas secundarias a la infección por COVID-19 en el brote actual que involucran al menos al 36% de los pacientes, lo que justifica el claro potencial neurotrópico del virus.
“Los pulmones, corazón, riñones, intestino, testículos y cerebro (SNC), expresan receptores ACE2 y son posibles objetivos del nuevo coronavirus, estando además documentado el virus en muestras del líquido que baña al SNC, el líquido cefalorraquídeo. Los receptores ACE2 son los que usa COVID-19 para adherirse a las células. Es importante mencionar que, aunque el daño cerebral puede complicar una infección COVID-19, parece que es la afectación generalizada de la homeostasis corporal (la capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno), causada por el daño pulmonar, renal, cardíaco y circulatorio los que resulta fatal en los enfermos afectados”, menciona el estudio.
La Revista de Medicina y Salud Pública (MSP) entrevistó al doctor David Blas, neurólogo, oncólogo y presidente de la Academia Puertorriqueña de Neurología, quien habló sobre las afectaciones neurológicas que el COVID-19 está generando actualmente en pacientes contagiados por este virus.
David Blass, presidente de la Academia Puertorriqueña de Neurología, basado en la data que se ha reportado hasta el momento, mencionó que, según un estudio realizado en China, el 5% de los pacientes mayores de 60 años que estaban hospitalizados desarrollaban infartos al cerebro o eventos cerebrovasculares isquémicos agudos, mientras que otro estudio publicado en The New England Journal of Medicine reportó sobre infartos en personas jóvenes, menores de 50 años, cuya única manifestación fue una debilidad de un lado del hemicuerpo.
“En otras palabras, había pacientes que no tenían factor de presión alta, ni diabetes, no eran fumadores y debutaron con un evento cerebrovascular agudo”, explicó.
En cuanto a tratamiento, el galeno asegura que las personas deben buscar ayuda profesional ante cualquier síntoma debido a que las condiciones del COVID-19 en cada paciente son diferentes.
“Se entiende que la patofisiología detrás de estos eventos agudos cerebrovasculares se debe a una proinflamación y un estado hipercoagulable. Estos pacientes se trataron con antiplaquetarios o anticoagulantes y, en la serie de China se vio que a los pacientes tratados con anticoagulantes les iba mejor. Aunque esto no es algo estadísticamente significativo ya que no hay suficiente data reportada”, explica el especialista.
Aunque no hay una evidencia directa de COVID-19 ocurriendo a nivel cerebral, si hay un paciente que haya tenido un derrame cerebral como consecuencia del coronavirus esta persona dependerá de lo que hubiese desarrollado como síntoma, por ejemplo, dificultad para hablar o debilidad en alguno de los dos hemisferios.
La incertidumbre que tienen los profesionales de la salud por esta nueva enfermedad, a raíz de la falta de data y la rápida propagación ha conllevado a efectuar cambios en los protocolos médicos, a través de la telemedicina o de plataformas virtuales.
Ante esto, el neurólogo y oncólogo recomendó que los pacientes con esclerosis múltiple, cáncer, o con antecedentes de presión alta no dejen los tratamientos y continúen con las consultas médicas, ya que en los consultorios se están manteniendo todas las medidas de prevención en cuanto a la higiene para evitar el contagio del coronavirus.
El doctor David Blas recalcó la importancia con la continuidad del aislamiento social, por lo menos hasta que haya un tratamiento probado contra el coronavirus, no necesariamente una vacuna, debido a que estas pueden tardar hasta tres años.
Según el prestigioso medio y parte de una serie de informes que buscan ofrecer puntos de enseñanza importantes o hallazgos novedosos, reportó cinco casos de accidente cerebrovascular isquémico de grandes vasos en pacientes con coronavirus menores de 50 años atendidos en el hospital Monte Sinaí de Nueva York.
Si bien el número de pacientes con este cuadro es bajo en comparación con el total de contagios, el vínculo preocupa a los expertos. Hasta ahora, se pensaba que el virus atacaba principalmente a los pulmones, pero cada vez hay más señales de que afecta a casi todos los órganos más importantes del cuerpo, aumentando su peligrosidad.
Los cinco casos se registraron en las dos semanas entre el 23 de marzo hasta el 7 de abril de 2020. Los autores del estudio observaron que se trata de un aumento insólito en comparación con las situaciones de normalidad, cuando cada dos semanas son tratados en promedio por ACV 0,73 pacientes menores de 50 años.
Al ser ingresados, los cinco pacientes tenían una puntuación media en la “Escala de accidentes cerebrovasculares” de 17 sobre 42 (la mayor gravedad), consistente con un ACV grave. Sólo un paciente tenía antecedentes de accidente cerebrovascular.
“(La relación entre el Covid-19 y el AVC) es una de las correlaciones más claras y profundas que he encontrado. Esta es una señal demasiado poderosa para ser casualidad o casualidad”, señaló el investigador médico J. Mocco, uno de los autores del estudio, al Washington Post.
Entre aquellos que tuvieron los infartos cerebrales, el promedio de los infectados era de 15 años menos que los que dieron negativo en la prueba. “Estas son las personas que se encuentran entre las menos propensas estadísticamente a tener un accidente cerebrovascular”, dijo Mocco.
El estudio del New England Journal of Medicine destaca el caso de una mujer de 33 años sin enfermedades preexistentes quien, tras sufrir tos, dolor de cabeza y escalofríos durante una semana, comenzó a experimentar entumecimiento y debilidad en el brazo y la pierna izquierdos durante un período de 28 horas. La mujer demoró en llamar a los servicios de emergencia por temor al coronavirus. Cuando se presentó al hospital, se puntuación en la Escala de accidentes cerebrovasculares fue de 19.
“La tomografía computarizada y la angiografía por mostraron infarto parcial de la arteria cerebral media derecha con un trombo parcialmente oclusivo en la arteria carótida derecha en la bifurcación cervical”, se lee en el artículo, firmado por los médicos de hospital Monte Sinaí de Nueva York Thomas J. Oxley, J. Mocco, Shahram Majidi, Christopher P. Kellner, Hazem Shoirah, I. Paul Singh, Reade A. De Leacy, Tomoyoshi Shigematsu, Travis R. Ladner, Kurt A. Yaeger, Maryna Skliut, Jesse Weinberger, Neha S. Dangayach, Joshua B. Bederson, Stanley Tuhrim y Johanna T. Fifi.
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