Un nuevo estudio reveló que el COVID-19 es un factor de riesgo independiente para infarto agudo de miocardio e ictus isquémico, según investigaciones desarrolladas en Suecia.
Los resultados indican que el riesgo de infarto agudo de miocardio e ictus isquémico aumentó aproximadamente 8 tantos y 6 tantos una semana después del inicio del COVID-19 incluyendo en el análisis el día 0 que fue el de la exposición.
“Nuestros resultados indican que las complicaciones cardiovasculares agudas podrían representar una manifestación clínica esencial del COVID-19 y los efectos a largo plazo serán un reto para el futuro”, señaló la Dra. Anne- Marie Fors de la Umea University en Suecia.
Los autores del estudio vincularon los datos de registros nacionales de clínicas y pacientes externos, hospitalizados y el registro de defunción de 86.742 pacientes que tuvieron COVID-19 entre el 1 de febrero y el 14 de septiembre de 2020 en Suecia.
Se utilizó un método de series de casos de autocontrol para comparar los incidence rate ratios para el primer infarto agudo de miocardio e ictus antes y después que los pacientes fueran diagnosticados con COVID-19.
El otro método empleado el de cohortes equiparadas el cual determinó las probabilidades de infarto agudo de miocardio e ictus en los 14 días posteriores al inicio del virus, en comparación con aquellos que nunca tuvieron COVID-19.
Los resultados en el incidence rate ratio para infarto agudo de miocardio en la serie de casos con autocontrol cuando se incluyó el día de exposición en el periodo de riesgo luego de contraer el virus fue:
Resultados cuando se excluyó el día 0 del periodo de riesgo después del virus
En cuanto a los resultados del análisis de cohortes equiparadas expresados como odds ratio (OR) incluyendo el día 0 el odds ratio fue de 6.61 (IC 95%- 3.56 a 12.20) para infarto agudo de miocardio y 6.74 ( IC 95%- 3.71 a 12.20) para ictus isquémico en las dos semanas siguientes al COVID-19.
Excluyendo el día 0 los odds ratios fueron: 3.41 (IC 95%- 1.58 a 7.36) y 3.63 ( IC 95% – 1.69 a 7.80) para infarto agudo de miocardio e ictus respectivamente en las 2 semanas siguientes al virus.
Según estos resultados los especialistas indicaron que cuando se excluye el día 0 se demuestra que el COVID-19 es un factor de riesgo independiente para infarto agudo de miocardio e ictus esquémico.
El infarto agudo de miocardio e ictus podrían ser una manifestación extrapulmonar del COVID-19, por lo tanto, es importante que los médicos tengan presentes este tipo de pacientes”, resaltaron.
Tomado de Medscape
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