Por: Lorena Ramírez
Según el informe de la Organización Mundial de la Salud de este año encontramos que más del 80 % de las causas de consulta en medicina general se derivan de una mala alimentación, pasando desde la hipertensión arterial, la diabetes, la gota, entre otras, hasta desencadenar en eventos cardiovasculares, infartos, episodios cerebrovasculares e incluso alzhéimer y diferentes tipos de cáncer.
El Doctor Andrés Enríquez, médico con especialización en obesidad, habló en exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) acerca de esta enfermedad y compartió algunos consejos para tratarla.
En Colombia -según las últimas estadísticas del año 2015- el 51% de la población está en sobrepeso. Algunos datos más informales y recientes hablan de que un 67% de la población sufre de sobrepeso u obesidad.
Por otro lado, es importante resaltar que en este momento la obesidad no tiene cura, existen tratamientos, pero no hay certeza de una cura definitiva.
“Si un paciente toma algún medicamento para contrarrestar la obesidad y fue efectivo, esa persona debe mantenerlo de por vida si quiere mantenerse así, porque la obesidad es una enfermedad incurable; entonces, si el paciente bajó de peso con ciertos medicamentos ya no los puede suspender porque va a volver a ganar lo que perdió”,
destacó el Dr. Enríquez.
Por ello es tan importante entender que para poder manejar la obesidad a largo plazo lo más efectivo antes que soluciones rápidas como pastillas o inyecciones es cambiar los hábitos, ser consciente de la condición y cambiar la cultura a cerca de los alimentos.
Por ello es factible que esas personas con obesidad cuenten con un proceso de acompañamiento, no solo mediante la alimentación, sino desde varios factores que implican que esta enfermedad se desarrolle.
Es evidente que existe una problemática bastante robusta acerca de diversos tratamientos y procedimientos que se venden a las personas obesas con el fin de solucionar su problema de manera rápida y sencilla.
Pero desafortunadamente la obesidad no es una enfermedad fácil de tratar, y mucho menos la pueden solucionar recetas mágicas o tratamientos fugaces. Pues esta es una condición multifactorial, donde hay que hacer énfasis en muchísimas causas y hábitos.
Hábitos que además muchas personas no están dispuestas a negociar con el médico a pesar de que son dañinos para su salud, como fumar, beber licor, dormir mal, entre otras.
“Hay pacientes que llegan con unas dietas entre comillas muy saludables según lo que se les ha vendido, entonces cada vez hay más blogueros o más influenciadores que les están recomendado a las personas muchas dietas que en vez de ayudar empeoran la condición”,
reveló el galeno.
Además de esto, muchos deportólogos o entrenadores recomiendan comer por ejemplo barras de cereal, lo que realmente ha desatado una altísima intolerancia al gluten, además de una afectación al organismo.
En general muchos alimentos que parecen ser tan benéficos, saludables y recomendados podrían desencadenar en un paciente intolerancia y aumento exagerado en su peso.
Hay una tendencia bastante fuerte a creer que la obesidad está causada por una enfermedad subyacente. No obstante es importante resaltar que las enfermedades que producen obesidad son solamente el 10% del grueso de los pacientes obesos.
El 10% de las enfermedades que producen obesidad se dividen así:
Sin embargo, las personas suelen creer que están “gorditas” o “pasadita de peso”, porque tienen problemas de hipotiroidismo o diabetes; pero hoy en día sabemos que esas enfermedades solo inciden en un 10% y que no son la razón principal de la obesidad.
Cabe resaltar también que los nutricionistas y los endocrinos, sin desmeritar su oficio, no están especializados en problemas de obesidad; por ende, no es recomendable que alguien con obesidad busque ayuda allí, pues, sin querer, terminarán haciendo dietas que a la final no contribuirán con su condición debido a que no hay una individualización ni una característica única para cada paciente, sino que son unas dietas generales. Por ello es tan importante la educación y concientización de estas dietas en pacientes obesos.
“Muchas personas han llegado a mi consultorio y me cuentan que los nutricionistas dudan de ellos y de qué están haciendo las cosas bien; entonces les dicen que no han bajado de peso porque no están cumpliendo la dieta. Sin embargo el problema puede que realmente no sea ese, sino que la dieta que le han formulado no le sirven a ese individuo, es decir, algo dentro de esa dieta no está bien”
, resaltó el obesólogo.
Se le ha restado mucha importancia a un hábito fundamental en la vida de los seres humanos y que cada vez está más deteriorado: el sueño; las personas cada vez están durmiendo menos.
Según la Organización Mundial de la Salud un adulto debe respetar de 6 a 8 horas diarias de sueño y, si es un niño, de 9 a 11 horas diarias.
“Yo le doy muchas más importancia al sueño en mi tratamiento, que se cumplan esos horarios, que la persona repare ese sueño, que incluso que al ejercicio, porque se ha visto hasta la saciedad en múltiples estudios que sólo el 17% de este proceso de pérdida de peso se logra con el ejercicio, mientras que el sueño el el 50 %, entonces si yo quiero perder peso, me le mido más a lo que más efectos se han visto en los estudios”,
aseguró el Dr. Enríquez.
El ejercicio es un excelente medio para acompañar el mantenimiento del peso, según el doctor Enríquez, pero no para la pérdida de peso. Es muy bueno para mejorar el nivel de endorfinas, el estado físico, el estado cardiovascular, para mejorar las defensas, para mejorar el sueño, para el ánimo y para desestresarse. Pero los estudios demuestran que no sirve para bajar de peso.
Según lo anterior, tenemos que empezar a manejar la alimentación, dormir bien y además no dormir con ningún equipo electrónico prendido.
“Hace más o menos dos meses salió un estudio en donde se evidenció la tendencia a subir de peso en individuos que dormían con algún tipo de fuente externa de luz artificial y era casi del 30% más, y fueron casi cien mil mujeres que se evaluaron en este estudio”,
contó el cofundador de la Fundación Colombiana de Obesidad.
El Dr. Enríquez es miembro fundador de la Fundación Colombiana de Obesidad, en la cual crearon la ley de obesidad, que aún no ha sido reglamentada, pero que data de un llamado de conciencia muy importante: la necesidad de volver a la obesidad como enfermedad una visible para el sistema de salud.
Lo que busca esta ley es que a esa población se le cubran todas las necesidades, pero, sobre todo, las de tipo educacional, puesto que la educación de los pacientes obesos es el 90% del tratamiento, más que una cirugía, un medicamento o una terapia. Es necesario educar a los pacientes acerca de su condición.
No obstante, para un sistema de salud este proceso de educación al paciente es más costoso que una cirugía; por ello, en los sistemas de salud priman las cirugías bariátricas frente a la educación del paciente.
“La obesidad podría llamarse una enfermedad huérfana para el sistema de salud, pues los tratamientos que se hacen en este momento en los centros de salud consisten en hacer cirugías bariátricas en casos de personas con sobrepeso. Sin embargo este no es el punto, ni mucho menos el camino para tratar todos los casos de obesidad. Claro que existen algunos casos puntuales para hacer ese tipo de cirugías pero la gran mayoría de personas con sobrepeso salen de ese esquema”,
explicó el Dr. Andrés Enríquez.
Respecto a lo anterior, el doctor Enríquez concluyó que, incluso algunos médicos de manera irresponsable piden a sus pacientes subir de peso para poder tener el peso suficiente para realizar la cirugía bariátrica, por eso es muy importante informarse bien e ir donde especialistas que sepan del tema.
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