Un estudio realizado por investigadores estadounidenses, ha evidenciado que las mujeres que se han sometido a un aborto tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Igualmente, la investigación ha encontrado que las madres que tienen más de cinco hijos, tienen una alta probabilidad de sufrir anomalías en el corazón.
El proyecto fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos. Para conocer los resultados previamente mencionados, se analizó a 8.583 mujeres entre los 45 y los 64 años, de origen estadounidense, entre las que había participantes blancas y afroamericanas. De ellas, 517 no habían estado embarazadas, 138 se habían sometido a un aborto -pero no habían conseguido ser madres-, 3.108 dieron a luz entre uno y dos bebés, 3.126 eran madres de tres o cuatro hijos y 1.694 tenían cinco o más vástagos.
El estudio comprendió un periodo de tiempo de 30 años, allí se analizaron datos de los servicios de salud de cada participante. Los datos estudiados estaban relacionados con el consumo de cigarrillo, si ingerían anticonceptivos orales, información sobre los niveles de colesterol, triglicéridos, tensión arterial, entre otros factores relacionados con el riesgo cardiovascular. Además, cada participante brindó información sobre el número de embarazos, partos y práctica de lactancia materna.
Después de haber analizado la información mencionada, los investigadores dedujeron que las mujeres que se habían sometido a un aborto y por ende, no tenían hijos, tenían un riesgo del 64% de padecer enfermedad coronaria y un 46% de sufrir insuficiencia cardíaca en comparación con las madres que tenían uno o dos hijos. Asimismo, la investigación arrojó que las participantes con cinco más hijos se encontraban con un riesgo de 38% en sufrir un infarto cardíaco grave –en estas la lactancia no influyó directamente-.
Esta investigación ha evidenciado que el embarazo y la crianza de los hijos aumentan el riesgo en la mujer. A lo largo de la gestación el organismo materno sufre algunos cambios, como aumento de peso, acumulación de grasa abdominal, elevación de los niveles de colesterol, incremento de la resistencia a la insulina y alteraciones en la estructura del corazón. La mayoría de estos cambios, que en la población general son factores de riesgo para la patología cardiovascular, no van más allá del embarazo y tienden a desaparecer tras el parto o la lactancia.
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