Por: Susana María Rico
Desde que inició la pandemia por coronavirus, cada día es una lucha contrarreloj para profesionales de la salud, gobiernos y entidades que buscan reducir cualquier probabilidad de contagio. Para la población, los esfuerzos se consideran escasos o drásticos -no hay un punto medio válido-, pues las medidas no logran abarcar todas las necesidades que restan por cumplir.
En Puerto Rico más del 40% de la población sufre de presión alta (una presión arterial mayor/igual a 130/80 según las guías de manejo ACC/AHA-2017) y el 17 % tiene diabetes.
Además se estima que en la isla las personas mayores de 60 años sobrepasan los 900,000 habitantes. De ese total, son más de 600,000 que padecen hipertensión y problemas cardiovasculares y 350,000 padecen diabetes.
“Todos en la población tenemos un gran riesgo de contagio, pero en vista de que en Puerto Rico tenemos una alta prevalencia de cormobilidades médicas nuestro pueblo esta muy vulnerable a incrementar la tasa de contagio y mortalidad asociados al Coronavirus COVID—19”, explica el Dr. Edmundo Jordán, Presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología en entrevista a la revista MSP.
Con el aumento de casos a nivel global, los médicos en general y los especialistas han descubierto paulatinamente nueva sintomatología asociada a la enfermedad; destacándose la aparición o empeoramiento de síntomas más allá de la tos , fiebre y dificultad respiratoria.
En condiciones cardiovasculares, los síntomas asociados son la descompensación aguda de la insuficiencia cardíaca, presentando así edema generalizado (acumulo de líquidos), dolor de pecho , fallo respiratorio por edema pulmonar y déficit neurológico en general.
Las personas con enfermedades cardiovasculares , con el fin de reducir su riesgo, no deben dejar su medicación según indicado por su médico. Al contrario, continuar su régimen evitará complicaciones en caso de que se contagie. Sin embargo, si se habla de contagio con Covid-19, el tratamiento farmacológico solo debe variar con las indicaciones del cardiólogo y demás médicos tratantes, como los internistas , neumólogos e infectólogos.
“Hasta el momento la American College of Cardiology (ACC) y la Asociacion Americana del Corazón (AHA) no recomienda el abandono de medicamentos para la hipertension e insuficiencia cardíaca durante esta pandemia. Sin embargo, existe una controversia sobre el uso de ciertos medicamentos para controlar la presión arterial, como lo son los ihnibidores de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ECA-2) (ACE-I según sus siglas en inglés) y los antagonistas del receptor de Angiotensina (ARBs según sus siglas en inglés) ya que el coronavirus podría beneficiarse del el aumento de la ECA-2 en los pulmones y hipotéticamente ser más virulentos”, advierte el Dr. Jordán.
“Esto científicamente no se ha demostrado y las diferentes sociedades médicas cardiovasculares a nivel internacional más la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología están orientando a sus pacientes y a la comunidad médica de continuar con el uso de dichos medicamentos, para así evitar descompensación de las condiciones cardíacas y a su vez disminuir incremento en la tasa de contagio y mortalidad asociada. Dia a dia se estará revisando esta recomendación, indica el Dr Jordán.”
Por otro lado especialistas en cardiología han descubierto que en algunos casos de coronavirus COVID-19 , la enfermedad no debuta con los síntomas típicos (fiebre o tos) sino con dolor de pecho debido a inflamación directa al músculo cardíaco, causando una miocarditis en el afectado.
“Más del 40% de los pacientes hopitalizados por el COVID-19 tienen comorbilidades preexistentes. Dentro de esas enfermedades las cardiovasculares y cerebrovasculares son de gran importancia, sin olvidar que los pacientes con condiciones pulmonares subyacentes principalmente Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (que incluye enfisema y bronchitis crónica) están a gran riesgo también, indica el galeno”
El brote de esta enfermedad ha obligado a las personas a retirarse de los hospitales y centros de salud, recomendado quedarse en la casa y en los hogares. Pero, se debe garantizar a los afectados con enfermedades cardiovasculares la atención primordial en caso de que lo requieran. De igual manera, un gran número de especialistas en la isla mantiene las consultas a sus pacientes de una manera organizada y protegida en sus oficinas, haciendo uso principalmente de la herramienta de telemedicina y/o cualquiera herramienta de comunicación tecnológica entre pacientes y médicos.
En todo caso, se debe continuar con las recomendaciones generales dadas a la población por el Departamento de Salud y el CDC ( Centro para el control de Enfermedades Contagiosas): prinicipalmente continuar con el aislamiento social para evitar una mayor propagación del COVID –19. Además el lavado constante de manos por 20 segundos según indicado, uso constante de desinfectantes sobre la superficie y ropa , distanciamiento social a 6 pies entre personas y el uso de mascarillas preferible- N95 (según sea el caso) , entre otras.
Las mismas son de mayor importancia a seguir por toda la población en general. Por otro lado a los pacientes cardíacos se recomienda continuar con su dieta baja el sal y buen balance entre carbohidratos, proteínas y grasas no saturadas. No olvidar hacer ejercicios y manejar el “stress” y/o ansiedad con diligencia. El consejo del cardiólogo y su intervención es de mucha relevancia en estos momentos de crisis salubrista a nivel mundial.
“La Sociedad Puertorriqueña de Cardiología con todos sus cardiólogos y cardiólogas estamos comprometidos con la salud del pueblo de Puerto Rico y el mundo. ¡Siempre consulte a su cardiólogo!”, reitera el Dr. Edmundo Jordán, presidente.
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