Enfermedades como el infarto y el ictus, podrían ser detectadas gracias a la molécula CD69 -que se encuentra localizada en las células de la sangre- la cual lograría predecir el desencadenamiento de ateroesclerosis subclínica y otros factores que elevan el riesgo cardiovascular, así lo revela estudio.
La investigación, desarrollada por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha evidenciado que en la mayoría de los casos, cuando se presenta la enfermedad ateroesclerótica -la cual genera un estancamiento de colesterol malo en las arterias- solo se diagnostica cuando está en estadíos avanzados, lo que aumenta significativamente el desencadenamiento de infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares, entre otros eventos cardíacos.
Una de las mayores preocupaciones del personal médico y de los pacientes que sufren las condiciones ya mencionadas, es que cuando se presentan estas enfermedades, el tratamiento es algo complejo, ocasionando que la calidad de vida de quienes sufren estas patologías se vea grandemente repercutida y se generen altos costos.
Ante la anterior premisa, Francisco Sánchez-Madrid, del Hospital Universitario de la Princesa afirmó en abc.es que:
“La relación entre el metabolismo lipídico y la respuesta inmune –añade- no está aún bien definida. Aunque la hipótesis clásica es que las lipoproteínas de baja densidad oxidadas (LDLox) inducen el reclutamiento de células inmunes inflamatorias y su acumulación en las placas de ateroma, también hay evidencias de que las células y los tejidos pueden responder a dichas lipoproteínas mediante la inhibición de señales pro-inflamatorias”.
El estudio ha evidenciado que la molécula CD69 es el primer receptor para lipoproteínas oxidadas en linfocitos T que contribuye al control de la inflamación, previniendo el desarrollo del aterosclerosis. Para conocer los resultados anteriores, se ha recurrido al análisis en ratones en donde se analizaron las respuestas antiinflamatorias que estas podrían tener.
Las enfermedades cardiovasculares que incluyen las enfermedades coronarias, hipertensión y enfermedades cerebrovasculares (derrames cerebrales), son la causa de muerte más frecuente en todos los países desarrollados, incluyendo a Puerto Rico. En las últimas décadas y gracias a los avances en la detección temprana, el desarrollo de medicamentos y técnicas invasivas y quirúrgicas para tratar estas condiciones, hemos visto una disminución significativa en las estadísticas. Sabemos que existen condiciones llamadas factores de riesgo, que exponen al paciente en mayor riesgo cardiovascular. Entre los más importantes se incluye la alta presión, el colesterol elevado, la diabetes, la obesidad y el hábito de fumar. En Puerto Rico, desafortunadamente la incidencia de estas condiciones es extremadamente alta, de acuerdo a las estadísticas del CDC para el 2015.
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