Por: Angélica Claudio Merced
En Puerto Rico la enfermedad vascular no solo es una condición altamente prevalente en nuestra población, sino que es la enfermedad que más comúnmente causa discapacidad y muerte en el país. Dentro de la enfermedad vascular la más prevalente es la enfermedad coronaria. Por tal razón, cada día cobra mayor relevancia llevar un estilo de vida saludable y seguir la educación y orientación médica cuyo fin es prevenir el desarrollo de esta enfermedad y de padecerla tratarla adecuadamente.
Solo en Estados Unidos la enfermedad arterial coronaria es la principal causa de muerte entre la población de ese país, afectando a sobre 15 millones de personas aproximadamente. Según estos datos ofrecidos por Texas Heart Institute, esta condición es el tipo más común de enfermedades del corazón, siendo la causa más frecuente la enfermedad conocida como la aterosclerosis.
“Las coronarias anatómicamente son las arterias que emergen de la aorta, cada una tiene un seno o lugar de salida (coronario derecho y coronario izquierdo) y son las que le suplen la sangre al mismo corazón. El corazón es el responsable de bombear sangre y ellas son las que alimentan y oxigenan el músculo cardiaco. A pesar de que existen otras enfermedades del corazón (congénitas, malformaciones) la enfermedad aterosclerótica es la principal. Esta enfermedad se define como la formación de una placa bajo la capa íntima o más interna del vaso sanguíneo coronario. Esta placa aterosclerótica se constituye principalmente de colesterol oxidado, crecimiento muscular exagerado y depósito de calcio. Esta va obstruyendo, cerrando la arteria coronaria impidiendo el flujo de la sangre a través de ella, causando un desbalance entre la demanda y la oferta de oxígeno del corazón. Esto puede causar problemas de dolor de pecho al ejercicio (angina) o de obstruirse totalmente la arteria con un coágulo, causar un infarto cardiaco”
definió el doctor Jorge González Santos.
Según el médico con 24 años de experiencia en cardiología, con el paso de la edad las personas, unas más que otras, están predestinadas al desarrollo de la aterosclerosis coronaria.
“Básicamente todos nosotros vamos desarrollando placas ateroscleróticas porque el medio inflamatorio protrombótico y oxidado va aumentan a medida que envejecemos. Es algo inevitable ya que no podemos revertir la edad ni la genética que heredamos de padres que hayan sufrido esta enfermedad en su vida. Es decir, son factores de riesgo irreversibles”
advirtió el profesor adjunto de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.
Existen factores de riesgo que predisponen al desarrollo de la aterosclerosis coronaria que son modificables. Estos son: Hipertensión o alta presión, Obesidad y sobrepeso, Vida sedentaria, Ser fumador, tener lípidos o llamadas grasas de la sangre aumentadas y diabetes, prediabetes (resistencia a la insulina).
En cuanto a los síntomas o señales que pueden presentar los pacientes con aterosclerosis se encuentra principalmente el dolor opresivo en el pecho.
“El paciente siente como si tuviera alguien presionándole el pecho o parándose encima del pecho. Pero también puede sentir acortamiento de respiración, sudoración fría, náusea, irradiación de este dolor o que se corra y puede ser en el brazo izquierdo, en el cuello, la quijada, inclusive cualquier dolor que tenga estas características y esté por arriba del ombligo pudiera ser por esta causa”
dijo el cardiólogo con práctica en el Consolidated Mall en Caguas.
El también presidente del Comité Científico de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología señaló que la angina o dolor de pecho puede presentarse al realizar ejercicio o al emocionarse fuertemente porque “cuando aumentamos la demanda de oxígeno esto causa dolor. Pero también ocurre un fenómeno basado en esta inflamación aumentada que presentan estos pacientes y que ocasiona se rompa la placa aterosclerótica y ahí se forma un coágulo.
El paciente pudiera estar en reposo y comienza el dolor cuando se acumula tapón, por llamarlo así, en esa arteria. Inicialmente se acumulan las plaquetas y embolizan o viajan a vasos más pequeños que nutren al corazón. Los fenómenos secundarios de estos se les llama angina inestable o infarto al miocardio. Algunas de las complicaciones de esta enfermedad son: rotura del septo interventricular, rotura de la pared libre del ventrículo izquierdo, arritmias cardíacas, fallo cardiaco agudo o edema pulmonar, rotura de una válvula que son amenazantes a la vida de los que lo sufren.
Además del examen físico que se le hace al paciente, de presentar algunos de los síntomas ya mencionados y de realizarse un electrocardiograma, el paciente es sometido a la prueba del stress test, que busca establecer si tiene un alto riesgo de un evento cardiovascular. De esta prueba resultar positiva, se le realiza un cateterismo cardiaco para luego hacer el diagnóstico de la enfermedad coronariana obstructiva y determinar si alguna intervención mecánica (endoprótesis coroariana y/o cirugía) fueran necesarios.
“Quiero enfatizar que las cirugías y los stent (endoprótesis coronarianas) son terapias que en algunos casos son necesarias añadirlas a la terapia principal. Que en la terapia médica con los Beta bloqueadores inhibidores del sistema renina/ angiotensina/ aldosterona las estatinas medicinas para el colesterol y las drogas antiplaquetarias. Luego de eso viene lo más importante modificaciones en los estilos de vida (ejercitarnos y una dieta saludable). Controlar la presión, (-130/80), controlar las grasas de la sangre, la diabetes y dejar de fumar”
explicó González Santos.
De igual forma, el cardiólogo enfatizó la importancia de que “pacientes con enfermedad coronariana estable que son candidatos para tratamiento con aspirina. Actualmente tienen una indicación para combinarlos con una dosis baja de Rivaroxaban/ Xarelto a la luz de los resultados del estudio Compass, que estamos certeros que serán incluidos en las próximas guías de manejo de esta condición cuando sean publicadas”. Negar esta combinación a estos pacientes sería someterlos a un tratamiento de baja intensidad.
Este especialista insistió en que la mejor manera de prevenir y tratar las enfermedades de las arterias coronarias es modificar los estilos de vida.
“Lo más importante es cambios en los estilos de vida, sin eso cualquier otra cosa es prácticamente seguro que será un fracaso. Aunque resulta para muchos difícil cambiar los estilos de vida, una vez se acostumbre puede prolongar su calidad de vida y también su longevidad”
concluyó.
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