Dra. Gloria M. Colón Rivas
Cardióloga
Revista de Salud y Cardiología
Hipertensión es cuando la presión sanguínea aumenta sobre el sistema arterial provocando estrechez en las arterias que llevan sangre a los órganos vitales. Esto se considera uno de los factores de riesgos más grandes para desarrollar una enfermedad cardíaca, cerebrovascular y renal.
La mayor parte del tiempo esta enfermedad no presenta síntomas y cuando se presentan la enfermedad ya ha afectado los órganos vitales, manifestándose con infartos o fallos cardíacos, infartos cerebrales o derrames, disección de la arteria Aorta y fallos renales. Además, en casos severos, se puede presentar con ceguera, proteinuria, hematuria, encefalopatía, entre otros.
La presión arterial adecuada es 120/80 mm Hg o menos, debes saber que la presión sistólica es la que se genera cuando el corazón se contrae y es el número mayor (en este caso 120); la presión diastólica es la que se genera cuando el corazón se relaja y es el número menor (en este caso 80).
La presión arterial debe ser tomada con una manga de presión arterial con el tamaño adecuado colocada en el brazo, si el monitor de presión tiene una manga muy grande o suelta, resultará en una medida de presión arterial más baja que la real y por el contrario si la manga es pequeña o muy apretada puede resultar en una lectura de presión más alta de la que realmente es. Para hacer el diagnóstico deben tomarse dos lecturas en días diferentes.
La lectura se considera alta cuando la presión sistólica es mayor de 140 mm Hg y/o la presión diastólica es mayor de 90 mm Hg. Podría tenerse ambas lecturas altas o una de ellas alta. La presión sistólica alta es el predictor de una enfermedad cerebral más que la diastólica, pero hay que tratarlas ambas. Los envejecientes y los Afro Americanos son los que más sufren esta enfermedad, pero las mujeres son las que conociendo que padecen la condición no la controlan adecuadamente.
En los últimos tiempos hemos visto un incremento considerable de esta enfermedad en pacientes jóvenes y jóvenes adultos por la mala alimentación y pobre condicionamiento físico. El 25% de la población mayor de 20 años ha creado resistencia a la insulina o síndrome metabólico que los pone en un riesgo mayor de desarrollar enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2, cuyos rasgos son cinco:
Mejorar los factores anteriormente mencionados ayudan a avitar complicaciones más severas.
El uso de Ma huang, ginseng, acelerantes del metabolismo, energizantes, alcohol, cigarrillo, pastillas anticonceptivas, cocaína, apnea del sueño, historial familiar, entre otros, podrían provocar hipertensión. Es por esto, que esa información debe ser referida a su médico de cabecera.
Ante esta enfermedad, es recomendable un cambio radical en los estilos de vida, asumir responsablemente el control sobre tu salud, evitando las grasas saturadas, el azúcar o alimentos altos en índice glicémico, las bebidas carbonatadas, el alcohol, el uso de cigarrillo, aumentar la actividad física y al menos 30 minutos de ejercicio cardiovascular 5 veces por semana y por último bajar la sal en la comida a 1800 mg de sodio al día, evitando las salsas de tomate y mostaza, enlatados, cubitos, embutidos y el bacalao, entre otros.