Los isótopos radiactivos son una prueba diagnóstica que sirve para analizar diversos factores que inciden en la salud cardiovascular. Algunos de ellos son la forma, función o contracción del corazón, analizar la irrigación sanguínea del músculo cardíaco por las arterias coronarias, aportar información sobre el pronóstico y evaluar si el tratamiento –ya sea con fármacos o intervenciones quirúrgicas- que se le da al paciente, disminuye los efectos de la condición cardiovascular que tiene.
Este tratamiento consiste en la inyección con marcadores radiactivos. Se inyecta una dosis baja, lo cual no supone ningún peligro para el paciente; según la Fundación del Corazón existen diferentes marcadores que se pueden utilizar (tecnecio-99m, talio-201, etc.). Son técnicas incruentas o no invasivas.
Los isótopos radiactivos se pueden combinar con otras pruebas como la de esfuerzo, el TAC y la del estrés del corazón mediante fármacos. Además, también se pueden utilizar en combinación con otras pruebas de imagen, como el TAC. Permite detectar las zonas con insuficiente o nulo riego sanguíneo.
Los usos de esta prueba diagnóstica no solo sirven para analizar anomalías cardíacas, también suele usarse en:
El personal encargado lo que hace es inyectar al paciente unos marcadores radioactivos, los cuales poseen poca radiación la cual es detectada mediante una cámara especial. Con ello, se logra realizar un seguimiento de los trazados en la sangre y se observa a qué zonas del miocardio y en qué condiciones llega.
La principal recomendación después de someterse a este medicamento es seguir al pie de la letra todas las indicaciones que el especialista de e intentar hacer el mayor esfuerzo en caso de que se realice una ergometría –o prueba de esfuerzo- en conjunto con los isotopos.
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