La Fibrilación Atrial (FA) constituye una de la arritmias cardíacas más comunes que afecta a la población, pero sobretodo, una de las más importante para la comunidad clínica pues constituye uno de los principales factores de riesgo para el posible desarrollo de un accidente cerebrovascular.
La FA consiste en una alteración en el ritmo normal del corazón donde el músculo atraviesa por contracciones inadecuadas en los atrios, sobretodo en momentos de actividad física. La misma, es frecuente en pacientes adultos a partir de los 65 años de edad.
Esta arritmia, puede afectar a un 25% de la población en algún momento de su vida, pero se presenta con mayor regularidad en pacientes con obesidad, diabetes, hipertensión, o que han presentado infartos al miocardio o angina de pecho previamente, así lo afirmó el doctor Gilberto Rivera Gautier, presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología.
Por otra parte, un “stroke” se trata de un déficit neurológico repentino a causa de la alteración del flujo de sangre que irriga los vasos sanguíneos cerebrales y figura como la quinta causa de muerte en los Estados Unidos.
“La fibrilación atrial puede afectar unas 800 mil personas en los Estados Unidos. El factor de riesgo más común es hipertensión arterial. Tenemos mucha genética que influye sobre el desarrollo de hipertensión arterial así como nuestros estilos de vida. También tenemos pacientes con estructuras del corazón dañadas o que son más susceptibles a estos problemas (de hipertensión arterial), así como aquellos con tiroides, que abusan del alcohol, entre otros factores inciden sobre el desarrollo de la fibrilación atrial”, explicó el cardiólogo.
“Puede presentarse de manera asintomática o en un estudio de electrocardiograma donde puede descubrirse la arritmia. Entre los que presentan síntomas, vemos personas que sienten que el corazón late como si estuvieran asustados, puede dar sensación de dolor de pecho, fatiga, cansancio, mareo o síntomas de insuficiencia cardiaca”, informó.
El especialista resaltó que las mujeres figuran como la población más afectada por las complicaciones asociadas a la fibrilación atrial, como lo es el accidente cerebrovascular. De igual modo, “en los cálculos que nosotros realizamos para determinar si el paciente con fibrilación atrial necesita anticoagulantes o no, el que sea mujer es uno de los criterios que tomamos en cuenta para recetarlos”, enfatizó.
Aunque, también afirmó que la FA puede afectar a pacientes adultos mayores con en similitud en relación al género, insistió en que el riesgo de “stroke” se palpa más en las mujeres.
Rivera Gautier resaltó la importancia de la medicina primaria en la detección de la FA, pero sobre todo, una vez detectada – a través de síntomas o el electrocardiograma-, es imperativo idear una terapia con medicamentos anticoagulantes.
La razón principal, además de tratar una arritmia que puede resultar peligrosa para la calidad de vida del paciente, es evitar el riesgo directo de desarrollar un accidente cerebrovascular.
El tratamiento se considera uno indefinido en la mayoría de las personas. Tenemos tratamientos variados. El tratamiento debe comenzarse si la persona no tiene sangrado, está activo y otros criterios que tomamos en cuenta. Queremos que el tratamiento sea uno efectivo impidiendo que nuestro cuerpo forme coágulos”, insistió.
Los tres aspectos para controlar la FA van dirigidos a controlar la frecuencia cardíaca, control de arritmia, ya sea a través de medicamentos o la cardioversión eléctrica y la anticoagulación, que nos ayudará a prevenir que el paciente forme coágulo dentro del corazón”, declaró.
Finalmente, subrayó que el modificar los estilos de vida juega un papel importante en estos pacientes diagnosticados con FA y de paso, en la prevención de un accidente cerebrovascular.
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