La prevención es clave para disminuir enfermedades y serias complicaciones de salud. Pacientes encamados u hospitalizados podrían evitar enfermedades como el tromboembolismo venoso o trombosis de vena profunda con la ayuda de un profesional de la salud como lo es un médico internista.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, la medicina interna es la “rama de la medicina que se especializa en prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades de los adultos, sin usar procedimientos quirúrgicos”. En el caso del tromboembolismo, que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda, particularmente en extremidades inferiores como las piernas, el médico internista juega un papel importante cuando se trata de admitir pacientes en el hospital con este tipo de condición y proveerle el tratamiento preventivo adecuado.
“Muchas veces tanto los médicos primarios, como los médicos de familia o de medicina interna somos los que admitimos a la gran mayoría de los pacientes a hospitales por diferentes condiciones. En realidad, somos el primer médico que tiene contacto con este tipo de pacientes y el que primero comienza un tratamiento preventivo para evitar a largo plazo una complicación mayor como una embolia pulmonar (bloqueo súbito de algún vaso pulmonar) o complicaciones médicas que aumenten la mortalidad en los pacientes”; explicó el médico internista Víctor Gordo en entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública.
Es decir, es el médico internista el que casi siempre comienza el manejo antiplaquetario o anticoagulante a un paciente para reducir el riesgo de esta enfermedad; por lo menos intrahospitalario.
De acuerdo al doctor Gordo, algunas señales de tromboembolismo venoso pueden ser: dolor, hinchazón o inflamación en la extremidad inferior o pierna, dificultad al caminar o enrojecimiento del área.
De igual forma, el médico indicó que existen diversos factores de riesgo que pueden desencadenar la formación de un coágulo de sangre en una vena profunda, entre estos se encuentran: el fumar, que sea hereditario, pacientes con traumas en extremidades inferiores, personas que tienen catéter (como los pacientes de diálisis) o someterse a tratamientos por venas mayores. Y hasta podría aumentar el riesgo de este tipo de eventos en mujeres que usan pastillas anticonceptivas.
Empero, el factor precipitante más prevalente es un paciente que es sometido a una cirugía mayor y se quede encamado por un tiempo. “Lo más común es un paciente postquirúrgico que se quede encamado. Por ejemplo, pacientes de cirugía de cadera o de rodilla y que se anticoagulan después de una cirugía”, dijo el internista con más de 30 años de experiencia en esta especialidad.
A estos pacientes hospitalizados el médico internista los evalúa y determina si es necesario darle un tratamiento para evitar el desarrollo del tromboembolismo venoso o si su recuperación le permite caminar para disminuir una complicación en sus extremidades.
“Normalmente con todo paciente admitido, uno verifica qué medicamento está usando. Si usa aspirina crónicamente le dejamos la aspirina de acuerdo a su condición. Pero si vemos que es un paciente con fuerzas para levantarse de su cama, le recomendamos caminar por el pasillo y lo dejamos con una aspirina. En cambio, si el paciente no tiene ningún tipo de riesgo o complicación se le empieza con un anticoagulante en dosis preventiva o dosis más baja para prevenir la formación de coágulos
”; señaló el galeno con práctica privada en Hato Rey.
Es decir, con una dosis baja se previene que el paciente tenga un riesgo de sangrado, conociendo que el riesgo mayor es el sangrado con relación a todos esos problemas.
Los anticoagulantes sirven para reducir la formación de coágulos en el paciente. Sin embargo, existen casos en el que la condición del paciente no permite que se utilice este tratamiento, puesto que, podría empeorar la enfermedad.
Del mismo modo, las medias de comprensión podrían ayudar a las personas a prevenir esta condición, puesto que favorecen a la circulación de la sangre hacia arriba, evitando la hinchazón y posible formación de coágulos de sangre. Por otro lado, se sabe que una vena después de este evento trombolítico es una vena defectuosa pues, sus válvulas ya no funcionarán como lo hacían originalmente, entonces, esa pierna se tiende a hinchar un poco más que la otra y, por tal motivo, preventivamente a esos pacientes se les recomienda usar las famosas medias antiembólicas, con el fin de que mantenga un proceso de contracción continua en el músculo, mejorando el flujo sanguíneo a través de esa vena.
Además del tratamiento anticoagulante preventivo, es importante que, después de una cirugía y en la medida en que pueda, el paciente camine y dé movimiento a sus extremidades para evitar el posible desarrollo de los coágulos de sangre.
“La recomendación es que mientras más rápido un paciente se comience a movilizar en la hospitalización, los riesgos de condiciones o complicaciones se reducen un montón. De esa manera reducimos mortalidad porque sabemos que un paciente que está encamado, además de los eventos trombolíticos, le pueden ocurrir procesos infecciosos, mayormente pulmonías o problemas respiratorios”.
En consecuencia, todo paciente operado o post operado, con hospitalizaciones o con otras condiciones tiene que salir de la cama y mantenerse ambulando mientras su condición se lo permita.
“Mientras más activo esté y más ejercicio haga se retrasa un evento trombolítico en un futuro y por ende otras complicaciones”, concluyó el entrevistado.
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