Salud Cardiovascular

Mitos y realidades de la cirugía cardiovascular

Si padeces alguna condición cardiovascular y debes someterte a una cirugía para tratar tu enfermedad, sabemos que existen diversos miedos que pueden embargarte.

Por esa razón, Salud y Cardiología, de la mano del cirujano cardiovascular y torácico, Francisco Meléndez, expondrán a continuación los mitos más frecuentes y su explicación. Esto, te ayudará a aclarar tus dudas para poder enfrentarte a estos procedimientos con la mejor actitud.

Según el Dr. Meléndez, las cirugías cardiovasculares comprenden una gama bastante amplia de procedimientos. Algunos de ellos están relacionados con intentar reparar defectos congénitos en intervenciones pediátricas, corrección de deficiencias cardíacas adquiridas, creación de puentes aortocoronarios para aumentar la circulación coronaria y el reparo o reemplazo de válvulas degeneradas; estos son los más comunes.

Mitos más comunes

De los anteriores planteamientos se desprenden los principales mitos que embargan a los pacientes. Los más recurrentes son:

  • La cirugía de corazón abierto: esta intervención representa uno de los procedimientos en donde se utiliza la circulación extracorpórea. Los resultados, en términos de complicaciones y mortalidad, están directamente relacionados a la edad y enfermedades como diabetes, apoplejía, arteriosclerosis periferovascular e insuficiencia renal, entre otras. En manos de cirujanos puertorriqueños, los resultados son iguales o mejores que en otros centros del mundo.
  • Afectación a la sexualidad, memoria y estado de ánimo: muchas personas piensan que al someterse a una cirugía cardiovascular estarán incapacitados y su sexualidad, memoria y estado de ánimo se verán afectados. Ante esta afirmación, el doctor Meléndez afirma que:
  • “La realidad es que, si usted no está incapacitado antes de someterse a una cirugía, no debería estarlo después. De no haber ninguna complicación en cirugías para condiciones adquiridas como la cirugía de puentes aortocoronarios o en reemplazo de válvulas, su corazón está recibiendo más circulación o funcionará más efectivamente, mejorando su fatiga, angina o dolor pecho, estamina y vigor, luego de su recuperación”.
  • Incapacidades: la incapacidad temporera está directamente relacionada al tiempo que tarda en sanar el esternón, tiempo donde no se pueden hacer fuerzas o movimientos que desestabilicen la unión del hueso. Caminar, subir escaleras y realizar ejercicios respiratorios se comienzan tan pronto el paciente sale del cuidado intensivo para prevenir complicaciones. La actividad sexual puede realizarse en cuatro semanas o antes y manejar vehículos de motor en seis semanas.
Conclusión

En conclusión, no debes dejarte guiar por información errónea que puedas encontrar. Ten en cuenta que tu procedimiento quirúrgico está en manos de profesionales que tienen altos conocimientos y disponen de todos los medios para que tu cirugía sea un éxito.

Te recomendamos informarte lo más que puedas acerca de tu condición, la cirugía a la que te someterás y los cuidados postoperatorios, esto te permitirá estar más tranquilo y saber con certeza a qué te enfrentas.