Una de las dudas más frecuentes de los pacientes con cardiopatía isquémica, es saber si pueden o no realizar ejercicio. Esto, debido a que su trastorno genera rigidez en las arterias (arteriosclerosis).
Sin embargo, hay que recordar que no todos los pacientes con esta patología presentan los mismos síntomas, todo depende si han sufrido un infarto, una angina de pecho o han sido sometidos a alguna intervención quirúrgica cardíaca.
En ese sentido, si padeces cardiopatía isquémica te daremos algunos consejos para que la actividad física que realices no interfiera en el desarrollo o retroceso de tu enfermedad. Igualmente, te explicaremos en qué ocasiones puedes acudir o no al médico para que sea él quien te dé luz verde para hacer ejercicio.
Después de que tu especialista evalúe los diferentes factores de riesgo y analice si es óptimo o no para la realización de ejercicio, podrás llevar algunas de las actividades que te contaremos a continuación:
Estos ejercicios han demostrado ser los más efectivos para los pacientes con cardiopatía isquémica debido a que mejoran la calidad de vida de quienes padecen esta condición.
Los aérobicos mejorar el mecanismo del corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones, los muchos y la mayoría de los órganos. Además, logra que se disminuyan factores de riesgo importantes como presión arterial, colesterol, obesidad y sobrepeso, diabetes, inflamación y actividad trombótica.
Este tipo de ejercicios traen múltiples beneficios para algunos pacientes con este trastorno. Sin embargo, se deben analizar los factores de riesgo que te contamos al inicio de este informe.
Los ejercicios que involucran fuerza permiten que se mejore el trabajo cardíaco en las actividades del día a día, previenen la diabetes y la obesidad y disminuyen la pérdida de fuerza y masa muscular que se producen con la edad.
Ten en cuenta que los programas de ejercicio que implementes para tu rutina física deben ser guiados por un especialista en el tema. Por lo general, los programas que se implementen tienen una periodicidad de entre 8 y 12 semanas, esta rutina debe ser constante para que no se pierdan los beneficios que trae consigo.
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