Las patologías cardíacas y las afecciones vasculares son las principales causas de muerte asociadas al sistema cardiovascular. Aunque se tienen estadísticas sobre la prevalencia de estos fenómenos en todo el mundo, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Stanford reveló que la población hispanoamericana o descendiente de hispanos, residente en Estados Unidos es más propensa a padecer mortalidad cardiovascular.
Es decir, las personas que hacen parte de esta población tiene mayores probabilidades de sufrir ataques cardíacos o derrames cerebrales que los lleven a la muerte. Hoy en día, las estadísticas revelan que las tasas de mortalidad cardiovascular de estas personas son menores a las de la población estadounidense conocida como ‘blancos no hispanos’. Los datos muestran que se presentan 244,8 casos frente a 189,0 por cada 100.000 habitantes.
Aunque en Estados Unidos se asocia a la mala salud de los hispanos a las dificultades de acceso a este sector, situación conocida como la ‘paradoja epidemiológica latina’, la reciente investigación afirma que la salud cardiovascular desmejora en los entornos con un mayor número de personas hispanas.
“Este hallazgo desafía las nociones sobre el efecto protector de los enclaves culturales entre los hispanos, la llamada ‘paradoja hispana”, explica Fátima Rodríguez, cardióloga en la Universidad de Stanford y autora principal del estudio.
Esta investigación se llevó a cabo con el apoyo de 715 condados del Estados Unidos y registros de 4.769.040 fallecimeintos, incluidos 382.416 hispanos y 4.386.624 blancos no hispanos.
De acuerdo con los científicos, las zonas geográficas con mayor prevalencia de hispanos son más resistentes a condiciones adversas de vida. Es decir: situaciones económicas más difíciles, dificultades para una comunicación efectiva en un mismo idioma, menor acceso a servicios públicos como salud o educación.
La mayoría de estos condados, de acuerdo con la información del estudio, están ubicados en las fronteras del estado de Florida.
“El código postal importa. Los resultados no son tan sorprendentes si se tiene en cuenta que esta población también tiene más probabilidad de contar con escasos ingresos, niveles de educación más bajos y menos médicos de atención primaria disponibles”, añade Eduardo Sánchez, director médico de prevención de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).
Tras conocer los resultados, los científicos intentan averiguar si los descubrimientos permanecen iguales en los variados grupos de población hispana en Estados Unidos y “Así desentrañar aún más qué factores del vecindario e individuales se pueden mejorar para reducir los factores de riesgo cardiovascular y la mortalidad”, concluye Fátima Rodríguez.
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