Por: Dra. María L. Ríos
Cardióloga Tesorera de la Asociación de Cardiólogas de Puerto Rico
La hipertensión arterial, también conocida comúnmente como alta presión, es una de las enfermedades más frecuentes en Puerto Rico y en todos los países desarrollados. Es una condición que aumenta con la edad y tiene un componente hereditario significativo. Frecuentemente no presenta síntomas, sin embargo, el padecerla te pone en alto riesgo de desarrollar muerte cardiovascular, derrames cerebrales y otras complicaciones cardiovasculares.
La forma más fácil de entender qué es la presión arterial, es considerar que la sangre rica en oxígeno es bombeada por el corazón y llega a nuestros tejidos a través de unos conductos llamados arterias. La presión ejercida por la sangre dentro de estas arterias, es la presión arterial. Esta presión se mide en milímetros de mercurio y puede ser medida en diferentes arterias del cuerpo, aunque para fines prácticos usualmente la medimos en las arterias de los brazos. La presión se expresa en dos números, como por ejemplo 120/80. El número más alto (en este caso 120) es la presión generada en las arterias cuando late el corazón y se conoce como presión sistólica. El número menor se conoce como la presión diastólica y se produce cuando el corazón descansa entre latidos.
La Asociación del Corazón Americana y el Colegio Americano de Cardiología, publicaron sus nuevas guías de diagnóstico y tratamiento de esta condición. En comparación con las recomendaciones anteriores, ha habido diferencias significativas y es de suma importancia que los pacientes hipertensos las conozcan. Los cambios más importantes son los siguientes:
Para una medida adecuada de la presión, debes estar sentado cómodamente con los pies a nivel del piso por lo menos 5 minutos y no haber ingerido alimentos en los 30 minutos previos. También se recomienda tomar la presión en estado basal, sin haber pasado emociones fuertes, haber hecho ejercicio o pasado estrés en los minutos previos a la toma de presión. Debes tomar dos medidas de presión con 1-2 minutos entre ellas y sacar un promedio de los dos valores. Puedes tomar la presión por la mañana o por la noche, pero debes identificar bien a qué hora se realiza la medida. También, es importante en el paciente que esté tomando medicamentos, identificar a qué hora se tomó la última dosis de medicamento. De este modo, se tendrá una idea más precisa si el medicamento está siendo efectivo.
El diagnóstico de presión alta no depende de los síntomas, ya que el primer síntoma puede ser un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Por tal razón, esta enfermedad es frecuentemente conocida como el asesino silencioso. Sin embargo, hay ciertas condiciones que aumentan la probabilidad de padecerla. Si presentas las siguientes condiciones y/o hábitos, debes estar vigilante ante el desarrollo de alta presión:
Si tú o tus familiares tienen estas condiciones es importante saber cuál es su presión arterial. Hay medicamentos seguros y potentes que han comprobado en múltiples estudios que su uso disminuye las complicaciones de la alta presión. Estos medicamentos además de controlar la presión, alargan y mejoran la calidad de vida de los pacientes. De igual modo, a la vez del tratamiento que uses para la presión, hay estilos de vida saludables que tienen que ser parte integral de tu vida. Esto incluye el mantener el peso ideal, hacer actividad física por lo menos 30 minutos diarios, consumir una dieta baja en sal y alta en potasio (si no hay contraindicaciones). También debes evitar fumar, el humo pasivo y mantener el consumo de alcohol a no más de un vaso al día en la mujer y no más de dos en el hombre. Estas medidas van a permitir controlar más fácilmente la presión y van a promover el bienestar general. Tu médico es la persona mejor capacitada para establecer el diagnóstico de la hipertensión y recomendarte un tratamiento adecuado.
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