La literatura científica mundial continúa recibiendo aportes de la patología puertorriqueña y de paso, los médicos siguen demostrando las técnicas de avanzada que se aplican en la isla a nivel quirúrgico.
Así fue demostrado en la primera reparación de una aneurisma descubierta en la arteria renal, justamente en la división de los órganos del riñón y que por primera vez, fue reparada por embolización a través de la ingle, según uno de los autores del caso, Dr. Víctor Rodríguez Rapale, del Hospital Episcopal San Lucas de Ponce.
“Lo raro de este caso es que la aneurisma se localizó justamente donde la arteria renal se divide, lo que hace todo más complicado. La arteria es la que lleva el flujo de sangre hacia el riñón. Históricamente estos casos se reparaban abriendo al paciente, remover el riñón, reparar la aneurisma renal fuera del paciente y volver a implantar los órganos. El problema es que esto provocaba muchas complicaciones por el riesgo y tiempo que tomaba la cirugía, entre otras”, explicó Rodríguez Rapale.
La literatura científica mundial continúa recibiendo aportes de la patología puertorriqueña y de paso, los médicos siguen demostrando las técnicas de avanzada que se aplican en la isla a nivel quirúrgico.
Así fue demostrado en la primera reparación de una aneurisma descubierta en la arteria renal, justamente en la división de los órganos del riñón y que por primera vez, fue reparada por embolización a través de la ingle, según uno de los autores del caso, Dr. Víctor Rodríguez Rapale, del Hospital Episcopal San Lucas de Ponce.
“Lo raro de este caso es que la aneurisma se localizó justamente donde la arteria renal se divide, lo que hace todo más complicado. La arteria es la que lleva el flujo de sangre hacia el riñón. Históricamente estos casos se reparaban abriendo al paciente, remover el riñón, reparar la aneurisma renal fuera del paciente y volver a implantar los órganos. El problema es que esto provocaba muchas complicaciones por el riesgo y tiempo que tomaba la cirugía, entre otras”, explicó Rodríguez Rapale.
Esta vez el equipo médico decidió librar al paciente de una cirugía abierta y reparar la aneurisma a través de una mínima apertura a través de la ingle utilizando un catéter con el que se pudo reparar la aneurisma a través de la embolización endovascular (“coil embolization”).
“Estas aneurismas se descubren accidentalmente. El dolor estaba en el área de la espalda y a través de un CT Scan se encontró la aneurisma. A través del “coil embolization” y una malla en el área de la aneurisma pudimos reparar el problema y el paciente preservó su función renal completamente”, señaló.
“Es la primera vez que se repara una aneurisma de esta forma. No está descrito en la literatura de esta manera. Esto es un gran avance en lo que es la medicina vascular en Puerto Rico librando al paciente de una cirugía abierta y de complicaciones como perder el riñón. Es un procedimiento endovascular mínimamente invasiva con resultados superiores”, concluyó.
El Dr. Jorge Martínez Trabal, director del Programa de Cirugía del Hospital Episcopal San Lucas de Ponce fue parte de esta investigación.
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