La influenza, conocida como la “gripe”, es una enfermedad respiratoria causada por un virus de la influenza A o B. Los síntomas más comunes son fiebre, dolor muscular y dolor de cabeza.
De acuerdo con estudios, los pulmones no son los únicos afectados por las infecciones respiratorias, el corazón también puede verse perjudicado.
Investigadores de la Universidad de Toronto en Canadá, hicieron un seguimiento a 19.729 personas de la región que habían tenido gripe entre 2009 y 2014. A través del estudio, se confirmó que 332 de ellos habían sido hospitalizados por un infarto agudo en el miocardio. Y luego de la confirmación del test, los ataques cardíacos aumentaron significativamente.
Según la investigación, hay varios factores que pueden estar relacionados con estas consecuencias. Entre ellos, se menciona que la infección es capaz de desencadenar procesos inflamatorios y vasoconstrictores que afectan al sistema cardiovascular. De igual modo, favorece la activación plaquetaria y, en casos extremos, la formación de trombos que pueden provocar un síndrome coronario agudo.
Asimismo, se enfatiza que la gripe no es la única infección capaz de desencadenar un infarto, otros virus respiratorios pueden provocarlo. Por ellos, es importante la prevención, especialmente, en ancianos y otros grupos de riesgo.
En pro de la prevención lo más importante es que las personas se vacunen. Además, a continuación te compartimos algunas recomendaciones:
Las enfermedades cardiovasculares que incluyen las enfermedades coronarias, hipertensión y enfermedades cerebrovasculares (derrames cerebrales), son la causa de muerte más frecuente en todos los países desarrollados, incluyendo a Puerto Rico. En las últimas décadas y gracias a los avances en la detección temprana, el desarrollo de medicamentos y técnicas invasivas y quirúrgicas para tratar estas condiciones, hemos visto una disminución significativa en las estadísticas. Sabemos que existen condiciones llamadas factores de riesgo, que exponen al paciente en mayor riesgo cardiovascular. Entre los más importantes se incluye la alta presión, el colesterol elevado, la diabetes, la obesidad y el hábito de fumar. En Puerto Rico, desafortunadamente la incidencia de estas condiciones es extremadamente alta, de acuerdo a las estadísticas del CDC para el 2015.
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