Ser hostil, sarcástico o irritable agravaría seriamente la salud cardiovascular de los pacientes que han padecido un infarto. Estos hallazgos los evidenció un estudio publicado en European Journal of Cardiovascular Nursing, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
“La hostilidad es un rasgo de personalidad que incluye ser sarcástico, cínico, resentido, impaciente o irritable. (…) No es solo una ocurrencia única, sino que caracteriza la forma en que una persona interactúa con la gente. Sabemos que tomar el control de los hábitos de estilo de vida mejora las perspectivas de los pacientes con ataque cardíaco y nuestro estudio sugiere que mejorar los comportamientos hostiles también podría ser un paso positivo”, dijo la autora del estudio, la Dra. Tracey Vitori de la Universidad de Tennessee, Knoxville en Estados Unidos.
Para conocer los hallazgos, los investigadores analizaron a 2,321 sobrevivientes de ataques cardíacos. Para conocer cómo incidía la hostilidad, al inicio del estudio se evaluó la Lista de Verificación de Afecto de Adjetivos Múltiples (MAACL). Los pacientes fueron seguidos durante 24 meses para detectar ataques cardíacos recurrentes y muerte.
Los participantes tenían una edad promedio de 67 años y el 68% eran hombres. Más de la mitad de los pacientes (57%) fueron calificados como hostiles según el MAACL.
Ser hostil fue un factor de muerte por un segundo ataque cardíaco. Este factor se evidenció después de ajustar otros factores que podrían afectar la salud cardíaca del paciente como: sexo, edad, educación, estado civil, diabetes, presión arterial alta y tabaquismo.
“La hostilidad se ha relacionado con las enfermedades cardiovasculares desde la década de 1950, pero todavía no entendemos completamente por qué. Nuestro estudio muestra que la hostilidad es un rasgo común en los sobrevivientes de un ataque cardíaco y se asocia con malos resultados. Se necesita más investigación sobre cómo esta característica afecta al cuerpo “, dijo la doctora.
Este estudio realizó un análisis de la incidencia de la ansiedad y la depresión y evidenció que son estados emocionales que se evalúan típicamente en pacientes con enfermedades cardíacas. Además, sugieren que una incidencia de hostilidad puede identificar a los pacientes en riesgo de muerte prematura. Educar a los pacientes sobre el impacto potencial de la hostilidad podría motivar cambios de comportamiento.
“Hay mucho que los pacientes cardíacos pueden hacer para tomar el control de su propia salud. Desde el punto de vista físico: dejar de fumar, aumentar la actividad física y llevar una dieta equilibrada. Nuestro estudio también indica que el manejo de las conductas hostiles podría ser importante”, concluyó la Dra. Vitori.
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