Existe el mito de que, por no haber desarrollado prácticas saludables para el corazón en el transcurso de la vida, ya no habrá nada que hacer y por ende estarás más propenso a sufrir enfermedades cardíacas y arteriales.
Si bien la anterior premisa tiene algunas salvedades, después de los 30 años hay múltiples formas de prolongar y cuidar el corazón.
Lo mejor de todo, es que la mayoría de soluciones puedes hacerlas desde la comodidad de tu casa y desarrollarlas en el diario vivir.
Aspectos tan sencillos como elegir de manera correcta los alimentos, mantener una dieta balanceada, estar físicamente activo y conocer el historial clínico de tu familia, podrán ayudarte significativamente a gozar de una estable salud cardíaca.
Teniendo en cuenta que comer poco saludable es uno de los malos hábitos en los que la mayoría de personas caen, te invitamos a que hagas la diferencia y comiences a revisar mejor lo que ingieres a diario.
Te recomendamos comer muchas frutas y verduras, granos enteros ricos en fibra, pescado al menos dos veces por semana, nueces, legumbres y semillas.
Disminuye el consumo de carnes rojas, bebidas endulzadas con azúcar y alimentos con alto nivel de grasas saturadas, trans y sodio.
Al día puedes realizar caminatas a paso ligero que se prolonguen alrededor de 150 minutos. Esto con una periodicidad de 1 o 2 veces por semana.
Adicional, puedes realizar actividad física aérobica de intensidad vigorosa, ejercicios como correr, trotar y saltar la cuerda.
Otro aspecto que deberías revisar, es controlar el estrés, dado que a largo plazo este ocasiona un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial que puede dañar las paredes de las arterias. Busca técnicas de relajación para el control del estrés.
Hábitos tan sencillos y fáciles de desarrollar como los mencionados anteriormente, te ayudarán a prolongar la vida útil de tu corazón, controlar tu presión arterial y evitar que seas propenso a infartos y complicaciones cardíacas.
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