Por: Redacción Salud y Cardiología
De acuerdo con las estadísticas ofrecidas por la Asociación Americana del Corazón, las hemorragias cerebrales representan cerca del 10% de los accidentes cerebrovasculares en Estados Unidos.
Respecto a estas condiciones, la misma entidad publicó recientemente un estudio en el que se evidencia una relación entre la contaminación ambiental y el desarrollo de este tipo de complicación cerebrovascular.
Los participantes del estudio fueron aquellos pacientes que ingresaron al Hospital General de Massachusetts en Boston a causa de una hemorragia intracerebral espontánea (HIC). Para efectos de la investigación, estos ingresos se vincularon con las cantidades carbono negro, dióxido de nitrógeno y ozono de los monitores de área.
Tras el análisis se encontró que el riesgo de una HIC no aumento con carbono negro y dióxido de nitrógeno. Sin embargo, los altos niveles de ozono si se vincularon con un aumento del desarrollo de esta complicación de salud en los pacientes.
De este modo, el estudio demostró que “el ozono se asoció con mayores probabilidades de HIC en pacientes con HIC lobular pero no profunda. Un promedio móvil de 3 días de ozono se asoció con 1,62 mayores probabilidades de ICH lobar”.
A pesar de los hallazgos alcanzados con esta investigación los autores afirman que serán necesarias nuevas investigaciones en este campo, con el fin de continuar evaluando los efectos medioambientales en la salud cerebrovascular.
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