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El Hospital General de Massachusetts en Boston presentó un estudio en el que evidencia que sufrir de insomnio aumentaría el riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares.
Para conocer los resultados antes mencionados, los investigadores indagaron a más de 500 mil personas acerca de sus hábitos de sueño. Algunos de los interrogantes que se plantearon fueron:
Una década después de que se realizaron los anteriores cuestionamientos, el equipo investigativo analizó la salud cardiovascular de los entrevistados.
Los resultados causaron conmoción en los investigadores pues se observó que aquellos con tres síntomas de insomnio tenían 22% más de riesgo de sufrir enfermedad coronaria y 10% más probabilidad de sufrir un derrame cerebral. Lo anterior, a diferencia de los pacientes que dormían bien.
Una de las salvedades que hace el estudio, es que los resultados anteriores son independientes. Es decir, dejando a un lado el tabaquismo, la obesidad y otros factores que aumentan el riesgo cardíaco.
Otro de los hallazgos más importantes de este estudio es que los participantes que, debido a la falta de sueño, les costaba concentrarse durante el día, tenían un 13% más de riesgo de experimentar anomalías cardíacas.
Además, las personas que solo informaron problemas para conciliar el sueño y se quedaron dormidas tenían un 9% más de probabilidades y las que informaron que se despertaban demasiado temprano tenían un 7% más de probabilidades de desarrollar derrames cerebrales y afecciones cardíacas que las personas sin problemas para dormir.
Uno de los autores del estudio, el Dr. Liming Li, afirma que el insomnio tendría mayor repercusión en adultos jóvenes que tenían presión arterial elevada al inicio de la investigación.
Con lo anteriormente expuesto existen múltiples dudas que quizá con próximas investigaciones se puedan solucionar. Otros estudios han evidenciado previamente que la mala calidad del sueño podría cambiar la función hormonal, elevar los procesos inflamatorios o cambiar el metabolismo; lo que de alguna u otra forma podría incidir en el riesgo cardiovascular.
Un estudio dirigido por Marisol Ruiz-Meana, investigadora principal del grupo de Enfermedades Cardiovasculares del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) que dirige David García-Dorado, en el que ha participado el Grupo de Química de Proteínas del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular (CNIC), ambos pertenecientes al CIBERCV, ha descubierto que las alteraciones funcionales de las células cardiacas en el envejecimiento no se explican por cambios oxidativos, sino que se deben a la acumulación de productos avanzados de la glicación (AGEs, del inglés advanced glycation end-products) que se produce, en parte, por un fallo en el sistema enzimático encargado de prevenir el daño por glicación.
Un estudio desarrollado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha evidenciado que la hipertensión arterial puede ser controlada mediante el uso de antihipertensivos y previene el desarrollo de hematomas intramurales aórticos –enfermedad que podría causar la muerte-.
La Ablación por radio frecuencia, es un tratamiento recomendable por su baja incidencia en anomalías mayores, es utilizado para corregir a la alteración del ritmo cardíaco. Por lo general, este procedimiento se realiza bajo sedación consiente para disminuir la ansiedad. Mientras se lleva a cabo este procedimiento médico, se analizan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Por medio de la vena de la ingle se hace la introducción de los catéteres en las cavidades cardiacas.
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