Entrevista a: José M. García Mateo, MD, endocrinólogo, lipidólogo. Presidente electo de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED). Certificado por American Board of Endocrinology, Diabetes and Metabolism y American Board of Clinical Lipidology.
Por: César Fuquen Leal
La diabetes es uno de los principales representantes del riesgo cardiovascular, es por eso que los pacientes que sufren esta patología deben ingerir medicamentos que no solo controlen los niveles de azúcar en sangre, sino que a su vez eviten la aparición de alguna complicación vascular.
Ante la necesidad antes descrita, los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 o SGLT2 se enmarcan como una de las herramientas farmacológicas más efectivas para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. No solo eliminan el exceso de glucosa vía urinaria y de esa manera llevar a una reducción en presión sanguínea y peso corporal sino que también poseen beneficios cardiorrenales.
Existen múltiples investigaciones que evidencian la innovación y eficacia de los inhibidores de SGLT2 en mejorar el control de azúcar independiente de insulina. Además, en combinación con metformina, en la mayoría de casos, evitarían la aparición de hipoglucemia en los pacientes con diabetes tipo 2.
“-Los SGLT2- no causan bajones de azúcar, eso es algo bien importante. No aumentan el riesgo de hipoglucemia, no causan aumento de peso como muchos medicamentos para diabetes, pueden reducir el peso del paciente y, para colmo, tienen un efecto beneficioso en la presión”, expresó el especialista en endocrinología y lipidologia José M García Mateo.
Hasta el momento, la FDA ha aprobado cuatro tipos de inhibidores SGLT2 que ya están disponibles en el mercado para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Según el Dr. García Mateo, algunos de los beneficios de cada uno son:
La mayoría de estos medicamentos le permiten al paciente arrojar la glucosa por la orina, lo que supone múltiples beneficios para el diabético. “Por cada gramo de glucosa eliminas cuatro kilocalorías y estarías perdiendo aproximadamente de 240 a 400 kilocalorías por día”, aseveró el Dr. García Mateo.
Se realizó una investigación en la que se analizó la efectividad de canagliflozin (Invokana) en la función renal. Los resultados fueron bastante promisorios y plantean nuevos horizontes para tratar la ‘enfermedad del riñón del diabético’.
“Hay un estudio contundente con Invokana que demostró que los pacientes con disfunción renal más severa se beneficiaron en disminuir riesgo de enfermedad renal terminal (diálisis o trasplante renal), mortalidad cardiovascular, en no empeorar su función renal y en disminuir -la probabilidad- de fallo cardíaco”, explicó el también lipidólogo.
Cuando un paciente diabético tiene otras complicaciones como alguna enfermedad cardiovascular o dificultades renales podrían atacarse todos estos trastornos con los inhibidores SGLT2 y lograr que haya beneficios no solo para el control glucemico de su diabetes, sino también cardiorenal.
“No importa si el control glucémico se encuentra en la meta recomendada , se puedo añadir un inhibidor de SGLT2 a la terapia corriente o sustituir aquellos medicamentos antidiabeticos que no tienen este beneficio cardiorenal probado como sulfonilurea o inhibidor de DPP4 por este tipo de medicamento por su indicación de beneficio cardiovascular o renal irrespectivamente de que tengan la A1C controlada o no”, detalló el médico.
Hasta hace un tiempo el azúcar en orina era considerada como un marcador de pobre control glucémico en el paciente con diabetes; ahora, gracias a los inhibidores de SGLT2 podría utilizarse para fines terapéuticos debido a que estos inhibidores previenen la sobreabsorción tubular renal de la glucosa, lo cual contribuye a la patofisiología de la diabetes. Cuando el paciente diabético ingiere estos fármacos orales genera que el riñón detecte niveles de glucosa en sangre más bajos de lo usual y al orinar expulsa el exceso.
“Cuando estás bajo el mecanismo de estos medicamentos vas a tener una glucosuria terapéutica, un nivel de glucosa en la orina más aumentado para poder mejorar el control glicémico, eliminas calorías y, a su vez, eliminas más volumen en la orina bajando la presión sanguínea en esta población donde un gran porciento sufre de hipertensión arterial”, ahondó el presidente entrante de SPED.
La combinación de los SGLT2 con sulfonilurea o insulina podría aumentar el riesgo de hipoglucemia. Sin embargo, si se combinan con otras terapias como metformina, inhibidores de DPP4, glitazonas o agonistas de GLP1, el riesgo de hipoglucemia es mínimo.
“Siempre vamos a tener pendiente la hipoglucemia en el paciente que está combinando el inhibidor de SGLT2 mayormente con insulina. Allí es donde más puede haber hipoglucemia, pero no es por el medicamento, es porque la insulina puede causar hipoglucemia y, como este fármaco mejora la glucemia, el riesgo de esta complicación de la insulina puede aumentar y posiblemente vamos a necesitar disminución de las dosis de esta. Lo mismo sucede al combinar con sulfonilurea”, determinó el galeno.
Debido a su mecanismo de acción, los inhibidores de SGLT2 eliminan glucosa en la orina, lo que puede causar infecciones micóticas en el área genital de los pacientes, sobre todo en las féminas. En la mayoría de los casos que presentan este tipo de trastorno no habrá necesidad de retirar el medicamento, pues las infecciones no son severas y se tratan con un adecuada higiene genital o antifungales. Además, el paciente sometido a este tratamiento debe mantenerse hidratado para evitar algunos de los efectos adversos antes mencionados y deshidratación.
“Tenemos que dar tratamiento si ocurren estas infecciones micóticas y educar al paciente de que debe tener una buena higiene genital. Es bien importante también saber que, como es un medicamento que elimina azúcar en la orina, puede aumentar el riesgo de pérdida de volumen. Si el paciente usa diuréticos u otros medicamentos puede haber riesgo de deshidratación e hipotensión; así que debemos monitorear para dichas complicaciones y tomar acción si es necesario ajustando la dosificación”, afirmó el endocrinólogo.
Los pacientes sometidos a los inhibidores de SGLT2 podrían sufrir otros trastornos como acidosis diabética e insuficiencia renal aguda en aquellos a riesgo de estas, pero es muy remota la posibilidad de que sucedan. Sin embargo, el Dr. García resaltó sus múltiples beneficios al ser una terapia fácil de suministrar:
“Son medicamentos bien fáciles de usar porque se administran por vía oral una vez al día. Son medicamentos que ya vienen combinados con metformina o con inhibidores de DPP-4 en la misma pastilla y la mayoría se administran también vez al día. Esto aumenta el cumplimiento de terapia ya que la polifarmacia es común en esta población. En general son medicamentos bien tolerados en la mayoría de nuestros pacientes”.
El doctor García Mateo hace un llamado a los endocrinólogos y otros médicos encargados del tratamiento del paciente diabético que las recomendaciones para el tratamiento de diabetes han evolucionado a que además del control glucémico, tengamos en cuenta las complicaciones vasculares existentes del paciente y sus factores de riesgo para estas al momento de escoger la terapia antidiabética ya que existen opciones con beneficios para disminuir complicaciones cardiovasculares y renales independientes de la eficacia en control glucémico. Los inhibidores de SGLT2 son un ejemplo de estas terapias innovadoras y al momento se encuentran posicionados como opciones tempranas en el tratamiento de diabetes tipo 2.
“Deben de tomar en cuenta que independientemente si el paciente este o no descontrolado, hay que tener en consideración si hay evidencia de enfermedad cardiovascular, renal o factores de riesgo vasculares mayores. Se puede añadir a la terapia un medicamento como los inhibidores de SGLT2 para el beneficio cardiovascular o renal adicional al control glucémico o independiente de este ”, concluyó el doctor José García Mateo en diálogo con MSP.
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