Existen múltiples factores que aumentan el riesgo de que el ser humano padezca alzhéimer. Uno de los más comunes, es la proteína Apolipoproteina E (ApoE), la cual tiene relación con las enfermedades cardiovasculares y a su vez con el alzhéimer.
Como se mencionó, una relación directa entre el corazón y el alzhéimer es genética, debido a la molécula ApoE. Las propiedades de esta molécula se podrían usar como un método preventivo para no padecer alzhéimer. Sin embargo, existen tres formas de ApoE (E2, E3 y E4). La E4, en la mayoría de casos, aumenta el riesgo de padecer alzhéimer y enfermedades cardiovasculares, a diferencia de sus otras tres fases que sí son beneficiosas para evitar dichos trastornos.
El doctor Kurt Christensen, de la Facultad de Medicina de Harvard, afirma que: “poseer la ApoE4 tiene un efecto demostrado sobre el riesgo de alzhéimer duplicándolo o incluso cuadruplicándolo; la teoría es que esta proteína impide que se limpie el cerebro de placas grasas. Asimismo, existe un 60% de personas con alzheimer sin esta proteína, lo que nos indica que no es necesaria para la enfermedad, ni poseerla nos producirá alzhéimer”.
Con base en la anterior premisa, se puede analizar una estrecha relación de afectación por causa de dicha molécula al cerebro y a su vez al corazón. De igual forma, la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos, realizó una investigación la cual suscitó similitudes entre las células del corazón de pacientes con insuficiencia cardíaca y las células del cerebro en pacientes con alzhéimer.
Gracias a los resultados del último estudio mencionado, se podrían considerar a los tratamientos para mitigar el alzhéimer, como un método para revertir significativamente los efectos de algunas enfermedades cardiovasculares.
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