Un reciente estudio afirma que las personas que se cansan con mayor facilidad tienen más riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. Este factor se presenta con más frecuencia en adultos mayores y sus efectos podrían causar un ictus o accidente cerebrovascular desde antes de 10 años.
Sus primeros resultados evidenciaron que los individuos que se cansaban más rápido tenían un riesgo mucho mayor de desarrollar alguna patología cardíaca. Esto, a diferencia de quienes hacían las mismas actividades, pero no se cansaban con facilidad.
Jennifer Schrack, profesora asociada en el departamento de epidemiología de Johns Hopkins y una de las autoras del trabajo, afirma que incluso si estás agotado por tener un recién nacido en casa deberías considerar este ejercicio como una tarea muy fácil.
Para conocer los hallazgos, el grupo investigativo de Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health en Baltimore (EE.UU.) analizaron a 625 personas que tenían una edad promedio de 68 años y que cuando realizaban ejercicio o algún tipo de actividad física, se sentían más cansados de lo normal.
El tiempo empleado para el análisis fue de 10 años, en ese lapso los investigadores emplearon dos fórmulas diferentes. Después de 4.5 años se analizó de nuevo a los participantes con una prueba muy sencilla que consistía en andar de forma muy lenta. Cada uno de ellos tenía que caminar durante cinco minutos en una cinta a un ritmo de 2,4 kilómetros por hora, con el objetivo de comprobar su fatigabilidad.
A pesar de que una de las limitaciones del estudio es que no se midió la fatigabilidad de los participantes en su inicio, lo que impidió que se pudiera comparar con la que presentaban 4,5 años después, Schrack ha asegurado que la gente puede usar este síntoma como un signo de que deberían prestar más atención a su salud cardiovascular, y realizar cambios en su estilo de vida que contribuyan a reducir su riesgo de presentar este tipo de problemas de salud.
Con lo anterior, la Revista Salud y Cardiología te recuerda la importancia de disminuir los factores de riesgo con múltiples alternativas. Algunas de ellas están relacionadas con hacer deporte, reducir el consumo de grasas trans y acudir periódicamente el cardiólogo para chequear el estado del corazón.
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