Por: Dr. Antonio Renta, cardiólogo
Fibrilación Atrial es la arritmia más común en las personas mayores de 65 años, ocurriendo en aproximadamente el 5% de esa población y en cerca del 8% en la población de 75 años o más.
La característica principal de esta arritmia es la pérdida de sincronización de las cuatro cámaras del corazón produciendo un ritmo irregular el cual a su vez hace que el corazón pierda aproximadamente el 25 % de su eficiencia. (Imagínense un carro de ocho cilindros corriendo desincronizadamente en cuatro cilindros.)
Como consecuencia de lo anterior, surge una alta posibilidad de que se produzcan coágulos, principalmente en el apéndice de una de las cámaras pequeñas del corazón llamada atrio izquierdo. Las causas más comunes de esta arritmia son hipertensión arterial, problemas de válvulas del corazón, enfermedad de las arterias coronarias, enfermedad pulmonar, fallo cardíaco de cualquier origen y tener más de 75 años de edad. Existen causas reversibles como el hipertiroidismo y enfermedad del pericardio (Capa que cubre el corazón). Hay también un pequeño grupo de pacientes que pueden sufrir de esta arritmia donde no hay causa aparente.
Aparte de perderse cerca del 25% de la eficiencia cardíaca antes mencionada, también expone al paciente a un ataque cerebral cinco veces más que a una persona de su misma edad sin esta condición. En adición, si tomamos en cuenta ambas poblaciones, los pacientes que tienen fibrilación atrial tienen el doble de la mortalidad si les da un ataque cerebral que los pacientes que no tienen esta arritmia y les da un ataque cerebral. Condiciones como la diabetes, fallo congestivo cardiaco y género femenino pueden aumentar el riesgo de ataque cerebral o embolia sistémica.
Debido a lo
antes mencionado, lo más importante es primero poder identificar a los
pacientes que padecen esta condición. La herramienta por excelencia es hacer un
electrocardiograma donde podría verse la arritmia, pero en otras ocasiones
donde ocurre esta arritmia de manera intermitente podríamos utilizar un Holter
(grabadora de los latidos del corazón) para poder identificarla.
La inmensa mayoría de los pacientes con esta condición sienten palpitaciones, cansancio, fatiga o dolor de pecho. Sin embargo, hay pacientes que no presentan ningún síntoma (Esto demuestra la importancia de evaluarse con un médico regularmente). Hay otros pacientes que el primer síntoma que presentan es un ataque cerebral o un embolismo sistémico (Como por ejemplo la oclusión aguda de una arteria de una pierna o una mano).
Debido a lo antes mencionado el paciente debe de ser tratado tan pronto se identifica la condición y se evalúa su riesgo. Los tratamientos que tenemos disponibles hoy en día van dirigidos a controlar la arritmia ya sea convirtiendo el ritmo cardiaco del paciente en uno normal o controlándole la velocidad de su ritmo cardiaco.
El otro tipo importante de tratamiento es el uso de terapia de anticoagulación para disminuir a un mínimo la posibilidad de un ataque cerebral o embolismo sistémico. El anticoagulante que se ha usado por décadas ha sido la warfarina, pero recientemente se han desarrollado varios anticoagulantes nuevos que han obtenido la indicación por el FDA para tratar pacientes con fibrilación atrial sin problemas de válvulas significativo, los cuales representan cerca del 95 % de los pacientes con esta condición.
Estos nuevos medicamentos tienen la ventaja que no hay que restringir ciertos alimentos ni hay que realizar pruebas de laboratorios mensuales como con warfarina. En adición, algunos de estos nuevos medicamentos son más efectivos y seguros que la warfarina.
Como consejo final si usted tiene más de 65 años de edad o tiene alguna de las posibles causas de fibrilación atrial visite a su médico y hágase una evaluación completa para que se asegure que no esté padeciendo de esta arritmia y si le encontraran esa condición durante esa evaluación pueda ser tratado pronta y adecuadamente.
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