Por: César Fuquen Leal
Los pacientes con anemia, talasemia y síndrome mielodisplásico necesitan transfusiones de sangre constantemente para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, estos procedimientos podrían traer algunos efectos adversos. Para evitarlos, hay algunos fármacos que podrían prolongar los períodos entre una transfusión y otra.
Escuche la entrevista completa aquí.
Para ahondar más en el tema, la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) entrevistó a la Dra. María García Pallas, oncóloga del Hospital Universitario de Adultos en San Juan quien explicó los beneficios, suministro y posibles efectos adversos de uno de los medicamentos recientemente aprobados para aumentar el tiempo entre transfusiones.
“Recientemente, se ha aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) un medicamento llamado Reblozyl que ha venido a revolucionar el tratamiento de las talasemias, un tipo de anemia genéticamente crónica y un tipo de síndrome mielodisplásico que es un gran grupo de enfermedades que específicamente uno de ellos tiene como característica tener un tipo de célula que se llama sideroblasto anillado, donde el hierro no se usa correctamente específicamente para estos dos tipos de enfermedades. Reblozyl tiene un mecanismo de acción nuevo, interesante y ha venido a disminuir la cantidad de transfusiones necesarias en los pacientes”, explicó la galena García.
Como se sabe, la talasemia es una enfermedad sanguínea caracterizada por cantidades inferiores a las normales de una proteína transportadora de oxígeno. El medicamento, según la Dra. García, beneficiará significativamente a quienes se sometan al tratamiento.
“La talasemia es la enfermedad que más va a tener beneficio con este medicamento. En las mielodisplasias aparte de la anemia, hay otras condiciones de las células que este medicamento no va a resolver. Básicamente, la talasemia se caracteriza por anemia básica y va a disminuir la transfusión de que el paciente tenga mucho hierro en su organismo porque la transfusión sobrecarga una carga de hierro importante que puede provocar fallos cardíacos, entre otras cosas. La talasemia es la que más se va a beneficiar de este tratamiento”, mencionó positiva la galena.
Según la oncóloga, este tratamiento es un medicamento que se suministra vía subcutánea. Además, resalta que no hay que ponerlo en la vena, sino en una inyección.
“Se usa una dosis cada tres semanas, no es todos los días. Es una dosis fácil de administrar. Lo que sí requiere es de un monitoreo estricto llevado a cabo por un hematólogo porque tiene efectos adversos. (…) Uno de los de las indicaciones es vigilar que la transfusión se prolongue por más de dos semanas, estos pacientes a veces no dura dos semanas sin tener necesidad de hospitalizarse y transfundirse. Es el objetivo en estos pacientes, creemos que podemos prolongar las transfusiones más allá de un mes, dos meses. El paciente, de hecho, va a visitarlo una vez cada tres semanas Va a ponerse el medicamento”, describió la Dra. García.
Como la mayoría de medicamentos, este también podría desencadenar algunos efectos secundarios. Por esa razón, la hematóloga recomienda estrictos protocolos de seguimiento en quienes se sometan al tratamiento sobre todo en los pacientes que hayan sido intervenidos quirúrgicamente con la esplenectomía para extirparles el bazo.
“Hay un riesgo de trombosis. Igual si es una mujer que está tomando anticonceptivos orales o alguna terapia hormonal hay que evitar el riesgo de trombosis en estos pacientes. (…) Si el paciente ha tenido accidente cerebrovascular, un stroke o un coágulo en la sangre también está a mayor riesgo. Si el paciente tiene la presión alta también es importante saberlo porque se han reportado casos de aumento de presión. Si tiene el colesterol elevado, es diabético. Si fuma es otro factor de riesgo importante para la trombosis”, ahondó la especialista.
Además, la doctora resalta la importancia de evaluar si la mujer sometida al tratamiento no está embarazada porque podría causarle daño al feto.
Lo más importante de este medicamento es tener un estricto seguimiento con el hematólogo para evaluar la eficacia del tratamiento y evitar los efectos secundarios antes descritos.
“El paciente debe conocer el medicamento porque es el que tiene que ir con el hematólogo. Todo paciente con talasemia y mielodisplasia debe ser visto por un hematólogo y recomendarle de la existencia de este medicamento para que conozcan sus usos. Este medicamento tiene que estar controlado en un ambiente controlado, como por ejemplo un centro de infusión, que puede ser privado o un centro universitario”, concluyó la Dra. María García en diálogo con MSP.
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