Una malformación cardíaca, que es común en niños, fue detectada en un hombre de 62 años de edad luego de varias visitas a la sala de emergencia del Hospital Auxilio Mutuo en diferentes años, lo que provocó que su corazón nunca se desarrollara.
Se trata de una fístula congénita arteriovenosa, una anomalía que solo se presenta en un 2 a un 4 por ciento de los adultos, según indica la doctora Yelitza Santos, quien reportó este caso, el que se remonta al 2011, junto a un grupo de médicos, entre los que figuran el Doctor Orlando López De Victoria, el Doctor Francisco López Lozada, la Doctora Lorenia Delgado Pachecho, el Doctor Abner Nieves Torres y el Doctor Efraín Feliciano Guzmán; quien es cardiólogo intervencional.
Santos relata que el paciente llegó por primera vez a la sala de emergencias con palpitaciones y mareos. En ese momento, un holter demostró un ritmo cardíaco sinusal y contracciones ventriculares prematuras.
La doctora también indicó que al paciente se le realizó una prueba de esfuerzo cardíaco, la que arrojó negativo para isquemia; y un ecocardiograma transtorácico, el que demostró una leve dilatación en el atrio izquierdo y ventrículo izquierdo, con una fracción de eyección ventricular de 63 por ciento.
En el 2014, el paciente regresó a la sala de emergencias, nuevamente con mareos y palpitaciones. Se le practicó un electrocardiograma (ECG), donde presentó fibrilación atrial, y un ecocardiograma, que reveló dilataciones en el atrio derecho, atrio izquierdo, ventrículo izquierdo; y en esta ocasión, la eyección ventricular disminuyó al 50 por ciento. El hombre fue tratado con medicamentos anticoagulantes y le realizaron una cardioversión para recuperar el ritmo sinusal.
El año pasado, el paciente regresó a la sala de emergencias con los mismos síntomas, pero esta vez acompañados de un dolor de pecho al caminar. Nuevamente le practicaron un ECG, el que reveló un aumento en la fibrilación atrial. También, le realizaron otro ecocardiograma transtorácico, donde se demostró la presencia de una estructura de alto flujo hacia la válvula aórtica continúo, narra la Doctora Santos.
Tras estos resultados, le realizaron al paciente un cateterismo cardíaco, el que reveló la presencia de la fístula arteriovenosa hacia la arteria cirmumfleja, que pasaba posterior al corazón y drenaba la vena cava superior del corazón.
“La fístula pasaba posterior al ventrículo izquierdo y posterior a la arteria pulmonar derecha y drenaba en la vena cava superior. Esto es una conexión anormal, entre una arteria coronaria y una vena. Lo que hacía esta fístula era robarle sangre al corazón. El mismo cuerpo creó un puente entre una arteria y una vena que no debe existir. Por eso era que al paciente le dolía el pecho”, explica.
“La conexión normal es que la vena cava superior drena en el ventrículo derecho y la arteria pulmonar con el ventrículo izquierdo. Este tipo de malformaciones cardíacas son comunes en niños. El paciente nació con anormalidad cardíaca común en los niños… Por eso se trata de un adulto con corazón de niño”, agrega.
Según el reporte de cirugía, la fístula media 1.5 centímetros de diámetro, los ventrículos del corazón estaban poco desarrollados y el miocardio estaba atrófico. Durante la misma, de acuerdo a la Doctora Santos, “corrigieron la conexión, que era en forma de tirabuzón, que indica que el miocardio estaba atrófico”.
“Era el corazón de un niño. Su corazón nunca se desarrolló como el de una persona adulta… El paciente tenia la fístula del corazón más rara de todas”, concluye.
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