Aunque el COVID-19 es un virus relativamente nuevo, muchos estudios ya han indicado que las personas con enfermedad cardiovascular tienen un mayor riesgo de ser susceptibles a éste y a las complicaciones que trae consigo.
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, tener cualquiera de las siguientes condiciones cardíacas graves aumenta el riesgo de enfermarse severamente a causa del COVID-19: insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, miocardiopatías, hipertensión pulmonar. Como parte de la celebración de su Vigésimooctavo Aniversario, el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y del Caribe (CCPRC), lanzó una campaña de concienciación con el lema “Confía en tu corazón: no ignores los síntomas de las enfermedades cardiacas”, con el objetivo de lograr que los pacientes cardiacos y sus familiares o cuidadores estén alertas a las señales de riesgo y que retomen sus cuidados médicos.
Durante la pandemia por COVID-19, la mayoría de los pacientes con condiciones preexistentes han optado por no acudir a los hospitales por temor a contagiarse con el COVID-19, situación que tiene muy preocupados a la comunidad médica, en especial a los cardiólogos. Estadísticas publicadas en junio por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades indicaron que los pacientes con COVID-19, y padecimientos subyacentes como enfermedades cardiovasculares, tenían una probabilidad seis (6) veces mayor de ser hospitalizados y doce (12) veces mayor de morir, comparados con pacientes sin problemas crónicos de salud. Aproximadamente 1 de cada 3 personas con COVID-19 tiene una enfermedad cardiovascular, haciendo que esta sea la condición de salud subyacente más común. Por eso, la mejor intervención es la prevención, tratar de no infectarse desde un principio.
“Es normal sentir ansiedad ante la pandemia de COVID-19, pero las afecciones cardíacas siguen teniendo un impacto fuerte en la salud de las personas. Nuestro llamado a los pacientes es a que no permitan que el miedo al COVID-19 les impida buscar la atención que necesitan. Su vida es lo más importante, y si están atentos a las señales y confían en su corazón, pueden tratarse a tiempo”, expresó el Dr. Juan Carlos Sotomonte, director médico del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y del Caribe.
Retrasar la atención médica necesaria para condiciones cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca o la fibrilación auricular podría causar daños a largo plazo al corazón y la salud de estos pacientes.
“La pandemia por COVID-19 ha cambiado muchas cosas, pero las emergencias médicas siguen siendo emergencias y los hospitales continúan siendo el mejor lugar para atenderlas. El hospital es el lugar más seguro si está teniendo un ataque del corazón o si sospecha que su condición cardiaca está agravando”, señaló el Lcdo. Javier A. Marrero Marrero, Director Ejecutivo del CCPRC.
Si es paciente cardiaco, retome su tratamiento inmediatamente, hable con su proveedor de atención médica sobre la seguridad de sus instalaciones y las acciones que están implantando para mantener a los pacientes seguros. Y si siente dolor en el pecho, palpitaciones, mareos, dificultad al respirar, dolor en brazo o cuello llame a su médico o acuda a la Sala de Emergencia Especializada Cardiovascular de Adulto. Su salud es lo más importante.
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