Tratamiento y diagnóstico

Nuevo paradigma del tratamiento para la enfermedad arterial coronaria y periférica

Por: Angélica Claudio Merced

La combinación de dos medicamentos, uno para prevenir ataques cardíacos y otro para evitar la formación de coágulos de sangre, se ha convertido en la más reciente fórmula de tratamiento para combatir la enfermedad de la arteria coronaria (CAD, por sus siglas en inglés) y la enfermedad arterial periférica (PAD), dos de las manifestaciones comunes de la aterosclerosis. Su beneficio para las personas que padecen una o ambas de estas condiciones ha sido tan positivo que ha disminuido el riesgo de muerte cardiovascular, infartos y derrames cerebrales.

Enfermedades de las arterias

La enfermedad de la arteria coronaria y la enfermedad arterial periférica generalmente se manifiestan en los pacientes como consecuencia de la aterosclerosis, una condición que se caracteriza por la acumulación de placas en las arterias o los vasos sanguíneos que transportan la sangre del corazón a otras partes del cuerpo. Cuando las arterias se obstruyen se bloquea el flujo de la sangre al corazón provocando dolor de pecho, infartos o muerte de los tejidos que podría llevar hasta amputación de extremidades como las piernas. La diferencia principal entre ambas afecciones es dónde están localizadas.

“Son dos enfermedades diferentes porque se localizan en órganos que quedan realmente distantes. Uno es a  nivel central que es la enfermedad coronariana que suple al  corazón y la enfermedad periferoarterial  es en las arterias que sirven a los órganos en general como las extremidades, los vasos cerebro vasculares, la aorta ascendente y descendente, o sea los segmentos del sistema circulatorio arterial que no son los centrales, específicamente la enfermedad que sirve al músculo cardíaco. El daño básico es la formación de una placa de aterosclerosis de grasa, calcio, músculo, entre otras cosas, que inflama estas placas.
El problema principal es que  se vayan obstruyendo y que ocurra un evento repentino de aterotrombosis o una trombosis (formación de coágulos de sangre) en base a una placa ateroesclerótica. Ese tejido que queda después de esa oclusión empieza a deteriorarse por la falta de oxígeno o de nutrientes y ocurre lo que se llama muerte celular o necrosis. Y si es una extremidad podemos estar en peligro de perderla”, explicó el cardiólogo Jorge González Santos.

No a la vida sedentaria

De acuerdo al también  profesor adjunto de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, la predisposición familiar de aterosclerosis, la edad, el fumar, enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y la vida sedentaria son factores de riesgo para padecer de la enfermedad arterial coronaria o periférica.  Realizar ejercicio sigue siendo esencial para evitar esta y otras condiciones cardiovasculares.

“Las personas piensan que (porque) no tienen ninguno de estos factores de riesgo, ni historial familiar, ni fuman, ni están sobrepeso no tienen que hacer ejercicio. La vida sedentaria se considera un factor de riesgo independiente también para el desarrollo de la enfermedad ateroesclerótica coronariana y periferoarterial. Tenemos que ejercitarnos y llevar estilos de vida lo más limpio posible o hacer cambios terapéuticos para tener una vida sana”, advirtió el médico.

Revolución en los tratamientos

El control de factores de riesgo como la hipertensión arterial, el colesterol y la diabetes forma parte del tratamiento de estas enfermedades arteriales porque tales condiciones predisponen eventos trombóticos, causando complicaciones al paciente.  Mientras que los medicamentos antitrombóticos o antiplaquetarios como la aspirina han sido por mucho tiempo el tratamiento por excelencia para el manejo de la enfermedad coronariania y la periferoarterial.

Sin embargo, un reciente estudio ha revolucionado el manejo de estas condiciones y su prevención al comparar la efectividad y el riesgo de complicaciones al utilizar solamente aspirina versus la aspirina combinada con un anticogulante.

“El Standard of care o el manejo usual dirigido por guías proponía la aspirina como agente antiplaquetario por excelencia, unido a todas las terapias para colesterol, hipertensión y diabetes. Pero hace poco más de un año en el Compass trial se estableció una comparación entre ese estándar con aspirina versus el estándar con aspirina, pero añadiendo una dosis baja de  un anticoagulante oral de acción directa, específicamente Xarelto (Ribaroxabán). Esta combinación demostró superioridad, reduciendo en un 24%  el riesgo relativo  de muerte cardiovascular, infarto al corazón y derrames cerebrales. Los derrames cerebrales fueron reducidos  en un 42% y si el paciente había sufrido un derrame cerebral anterior a entrar al estudio, se redujo en 48% la probabilidad de que recurriera. Este tratamiento  es en pacientes con enfermedad arterial coronariana y periferoarterial”, indicó el cardiólogo.

Reducción de mortalidad

Según añadió el entrevistado, a diferencia de otros estudios realizados con antiplaquetarios, en esta investigación se redujo en un 18% la muerte por todas las causas. Además, indicó que la combinación de Xarelto con aspirina de 81 mililitros es una buena opción de tratamiento en pacientes con enfermedad arterial coronaria y periférica “si pretendemos mejorar su pronóstico y así nuestra intensidad de tratamiento no sería baja, lo que sucedería si utilizamos aspirina solamente. Es importante señalar que la combinación de Xarelto y aspirina en este estudio, comparado con aspirina, demostró no ser inferior en términos de riesgo de sangrando. Si un paciente es candidato para utilizar aspirina  y tiene enfermedad CAD y/o PAD es un candidato para usar Xarelto y aspirina y le estaríamos ofreciendo un menor riesgo significativo de eventos trombóticos  y con un nivel de riesgo de sangrado similar al de aspirina”.

Alta prevalencia en la Isla

Para el doctor González Santos es paradójico que mientras “nuestras estrategias de prevención y tratamientos están mejorando”, este tipo de enfermedades siga en aumento en Puerto Rico.

“Al nosotros lograr manejar mejor estas condiciones  llevamos a nuestros pacientes a unas edades más avanzadas y por eso aumenta la probabilidad de eventualmente desarrollarlas. Nos falta seguir mejorando nuestras estrategias para este grupo de 75 años o más y aumentar nuestro nivel de agresividad (en tratamiento y prevención) en el manejo de los mismos”, dijo el médico con oficina en el  Consolidated Mall en Caguas.

Por último, el cardiólogo recomendó a los pacientes realizar cambios terapéuticos en el estilo de vida para prevenir el desarrollo de condiciones cardiovasculares y otro tipo de serias complicaciones.

“Hacer dieta, mantener nuestro peso saludable por debajo de 25 kilogramos de índice de masa corpórea, un ejercicio moderado de intensidad continua, por ejemplo 180 minutos/tres horas de caminata de 2.5 a 3 millas por hora semanal. Eliminar el cigarrillo, consumo moderado de alcohol y evaluación médica. De esta manera podemos evitar eventos y también la necesidad de tener que ser sometidos a intervenciones, ya sea percutáneas (angioplastia/stent) o cirugía cardiovascular”, puntualizó.