Por: Diana Castañeda
La Revista Medicina y Salud Pública (MSP) obtuvo una entrevista exclusiva con el doctor Rafael Santini, cirujano vascular, del Centro Médico Episcopal San Lucas de Ponce, quien fue el primero en realizar el procedimiento TCAR (por sus siglas en inglés), a dos pacientes en América Latina.
El método que ya fue aprobado por la FDA, hace aproximadamente dos años, significa vascularización arterial de la arteria carótida y utiliza un sistema especial de protección de la neuroprotección transcarotídea (NPS), diseñado para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular durante la inserción del stent.
La cirugía vascular TCAR es una técnica más segura de la endoprótesis a través de una pequeña incisión en la base del cuello y el acceso directo de la arteria carótida, junto con la inversión del flujo neuroprotector durante la entrega del stent.
La población más afectada son los pacientes mayores de 65 años, según testimonio del doctor Santini hay una pequeña tendencia a que los hombres la padezcan más que las mujeres y, está asociada a pacientes diabéticos, con presión alta, fallo renal crónico y los fumadores, especialmente.
Estas condiciones, mencionadas anteriormente, generan un daño en el vaso sanguíneo causando la formación de una placa de calcio y grasa dentro de la arteria. “El problema con esta enfermedad es que, si no se trata adecuadamente, el paciente estaría en riesgo de tener un derrame cerebral altamente incapacitante”, adujo el experto.
El procedimiento TCAR se realiza durante 30 a 45 minutos, el paciente puede estar despierto o completamente anestesiado, dependiendo del grado de la enfermedad de la persona.
El cirujano explica que se realiza una pequeña incisión en el cuello donde está ubicada la arteria carótida y, se introduce una máquina pequeña que es la que redistribuye el flujo hacía abajo, en lugar de que se vaya hasta el cerebro.
“Esto nos permite a los cirujanos poner una malla para tratar esta placa y evita que el paciente le de un derrame. La importancia de este procedimiento es que cuando se redistribuye el flujo y no va hacía el cerebro, cuando nosotros manipulamos la placa, si se rompiera algo, no va a causar un derrame. La ventaja de este procedimiento es que la probabilidad de un derrame es menor al 1%”, revela Rafael Santini.
De este modo, los pacientes de alto riesgo se ven beneficiados con el TCAR, comparado con otros procedimientos que usualmente están en un 3 o 4 por ciento de riesgo a sufrir un stroke cerebral.
El galeno comenta que, aunque este método lleva tan solo dos años, se ha determinado que las mallas que se estaban utilizando a través de otras formas sí eran más riesgosas, pero con el TCAR se mantienen abiertas durante muchos años, reduciendo las complicaciones en el paciente a largo plazo.
“Después de realizado la intervención, la persona dura un día en observación y, si todo sale bien se puede ir a su casa. Es decir, que la misión es alrededor de 24 horas. Comparada con las otras dos alternativas la estadía en el hospital es menor, siendo otra ventaja de este procedimiento”, reveló.
Por ser relativamente nuevo, el Dr. Santini diserta que esta técnica no es para todas las personas y que usualmente se realiza en personas de alto riesgo como aquellos que han padecido de un infarto reciente, además de unos criterios anatómicos de la arteria.
El cirujano cardiovascular reveló que, en el Centro Médico Episcopal San Lucas de Ponce, esta es una patología común, debido a que la isla tiene una alta incidencia de diabetes e hipertensión.
“Alrededor de un 15% o 20% de los pacientes que llegan al Centro padecen esta enfermedad. Uno de los problemas que tenemos en Puerto Rico es la falta de seguimiento y las pruebas para detectarlo a tiempo”, concluye el galeno.
Cabe recordar que el nuevo procedimiento cardiovascular TCAR es realizado en el Centro Médico Episcopal San Lucas quienes cuentan con este tipo de servicios de ultrasonido para efectuar los estudios adecuados.
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