Una investigación presentada en el XX Congreso Europeo anual de Reumatología evidenció que la atenuación de los síntomas de la artritis reumatoide (AR) estaría relacionada con la significativa disminución del riesgo cardiovascular. Estos resultados resaltan la importancia de mantener controlada la AR, más allá de la gestión únicamente de los síntomas.
Hay que recordar que la artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica que incide negativamente en las articulaciones, lo que genera dolor fuerte y en la mayoría de casos, discapacidad. Los pacientes que padecen AR tienen un mayor riesgo de muerte temprana, lo que aumenta el riesgo de sufrir patologías cardíacas; este factor se presenta debido a la inflamación que produce la artritis y que no se controla.
Para conocer los resultados antes expuestos, los investigadores analizaron a 797 pacientes artríticos durante un periodo de tres años. Durante el lapso de estudio, se identificó que los pacientes que tenían disminución de AR, a su vez tenían un 80% menos de posibilidad de contraer infartos y accidentes cerebrovasculares.
Algunos de los participantes de la investigación habían participado previamente en el proyecto GIRRCS, el cual estudió el perfil de los pacientes con AR y el riesgo cardiovascular que tenían debido a tu condición. Esta información permitió tener datos más precisos y asimismo resultados más veraces.
“Nuestro estudio apoya la idea de que los procesos inflamatorios sistémicos y los factores de riesgo cardiovascular favorecen la aparición de trastornos cardiovasculares en pacientes con artritis reumatoide”, ha concluido el doctor Piero Ruscitti, de la Universidad de L’Aquila (Italia) en entrevista con Europa Press, quien ha añadido que esto pone de relieve la “necesidad” de establecer una coordinación profesional entre reumatólogos, internistas, cardiólogos y médicos de Atención Primaria, “con el objetivo de optimizar la gestión del riesgo cardiovascular en pacientes con artritis reumatoide”.
Otros de los resultados evidenciaron que la diabetes tipo 2 y la presión arterial alta eran algunos de los biomarcadores del riesgo cardiovascular. Esto, no solo en pacientes con artritis, sino la población general.
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