La hipertensión arterial es una de las complicaciones de salud que afecta a una significativa parte de la población. De acuerdo con cifras de la Sociedad Panameña de Cardiología, esta condición afecta a cerca del 26 al 42% de la población adulta en Latinoamérica.
Recomendaciones
Por lo general, la hipertensión suele tratarse a través de medicamentos. Sin embargo, realizar algunos cambios en el estilo de vida son muy importantes para el control no farmacológico de la enfermedad. Algunas de las recomendaciones son:
- Bajar de peso: la reducción de peso te ayudará a mantenerte un índice de masa corporal adecuado. Según los especialistas cuando este índice es superior al recomendado está relacionado con el aumento de la presión arterial. Del mismo modo, influye en la predisposición de padecer enfermedades cardiovasculares.
- Evitar el exceso de alcohol y cigarrillo: estas sustancias están relacionadas con la baja efectividad de los tratamientos aplicados para la hipertensión. Además, es un factor de riesgo importante respecto al desarrollo de esta condición.
- Restringir el consumo de sodio: los estudios han demostrado que las poblaciones que registran un bajo consumo de este mineral presentan un menor número de casos de hipertensión. Las cantidades recomendadas son 2.4 gramos por día.
- Práctica de ejercicio: la actividad física moderada favorece la reducción de la presión arterial. Además ayuda con la reducción de peso.
- Alimentación inteligente: es importante incluir en la alimentación productos como el ajo y otros ricos en potasio. Estos ayudan en la disminución de la presión arterial. También el paciente debe tener precaución con la cafeína ya que esta puede verse involucrada co el aumento de la presión arterial.
- Efectos secundarios de medicamentos: es importante que se comparta con el especialista qué otros medicamentos se están tomando, ya que en algunas ocasiones estos también puede influir en el aumento de a presión arterial.
Recuerda que al complementar tu tratamiento con estas acciones no solo controlas la hipertensión. También contribuyes con la prevención de problemas cardíacos como la enfermedad coronaria y fallos cardíacos.