Mantener una rutina de ejercicio físico constante y en especial, prácticas deportivas que desarrollen la fuerza muscular, contribuye considerablemente a la salud cardiovascular.
La anterior afirmación se dio en la revista Nature Reviews Cardiology en uno de sus recientes artículos. Según la publicación: “esto lo consigue a través de mecanismos no tradicionales, como la liberación, por los músculos esqueléticos, de sustancias saludables para el corazón (denominadas mioquinas) o la mejoría de la microbiota intestinal (los microorganismos de los intestinos).”
El artículo busca que las personas entiendan cuáles son los mecanismos de entrenamiento físico que benefician al cuerpo y al organismo en general. Ante dicha premisa, llevando a cabo estas actividades, se podrán crear nuevas estrategias terapéuticas para controlar anomalías cardiovasculares.
Un gran beneficio de estos métodos es que, en diversos casos, no tienes que consumir fármacos que a la larga afectarán indirectamente a tu salud.
Mikel Izquierdo, catedrático del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), fue uno de los participantes de esta investigación y afirma que:
“La pérdida de fuerza y masa muscular es uno de los factores de riesgo ‘olvidados’ de la enfermedad cardiovascular, sin embargo, puede ser corregido con un programa de entrenamiento de fuerza, incluso en personas mayores”.
Una de las conclusiones de los investigadores, es que la práctica del ejercicio físico, debe empezar a considerarse como un tratamiento para las enfermedades cardiovasculares. Dado que en la mayoría de países el ejercicio como tratamiento, no es muy conocido y por lo general, nunca se recomienda a los pacientes que padecen de alguna anomalía relacionada con el corazón.
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